Este hallazgo,
publicado en "Nature", arroja nueva luz sobre el fenómeno de adicción y
lo describe como una enfermedad del aprendizaje y la memoria.
Una investigación
llevada a cabo por científicos de la Brown University (Estados Unidos)
sobre la acción de la morfina en el cerebro arroja nueva luz sobre los
orígenes de la adicción.
Concretamente, tal
como publican en la última edición de "Nature", han observado que una
pequeña dosis de morfina bloquea la capacidad del cerebro para reforzar
las conexiones en las sinapsis. A partir de este hallazgo, los autores
proponen una nueva y provocadora teoría que describe la adicción como
una enfermedad del aprendizaje y la memoria.
Según la Dra. Julie
Kauer, "hemos añadido una nueva pieza al rompecabezas de cómo las
drogas adictivas afectan al cerebro. Hemos mostrado aquí que la morfina
provoca cambios duraderos en el cerebro bloqueando un mecanismo que
creemos clave para la formación de recuerdos. Así, este hallazgo
refuerza la noción de que la adicción es una forma de aprendizaje
patológico".
Explica que en la
potenciación a largo plazo –crucial para el proceso de almacenamiento
de información en nuestro cerebro- las conexiones entre las neuronas se
van haciendo cada vez más fuertes tras estimulación repetitiva. Este
refuerzo de las sinapsis se cree que es la base celular para la memoria.
En sus experimentos
encontraron que la potenciación a largo plazo se bloquea en los
cerebros de ratas con una pequeña dosis de morfina. Las consecuencias
que tuvo la administración de la droga fueron muy potentes, tal como
explica la Dra. Kauer, ya que la potenciación siguió bloqueada 24 horas
después, horas más tarde de que el fármaco hubiera sido eliminado del
organismo de los animales.
Los investigadores
registraron este fenómeno en el área ventral tegmental, una pequeña
sección del cerebro que está implicada en el sistema de recompensa que
refuerza las conductas de supervivencia, como la alimentación y el
sexo, y que también se ha relacionado con la adicción. Las sinapsis
afectadas en el experimento fueron las neuronas inhibidoras y las
neuronas dopaminérgicas. En un cerebro normal, las neuronas inhibidoras
limitan la liberación de dopamina, la "sustancia placentera" que se
libera de forma natural cuando hay experiencias de recompensa. Las
drogas de abuso, desde el alcohol a la cocaína, también incrementan la
liberación de dopamina.
El nuevo estudio ha
comprobado que la morfina y otros opioides estimulan el sistema de
recompensa en el cerebro. Esa actividad neuronal, en combinación con
otros cambios causados por las drogas, pueden incrementar la
vulnerabilidad a la adicción.
Nature 2007;446:1086-1090
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