Se recuerda riesgo de contraer enfermedades transmisibles de importancia sanitaria. Ante
la situación de inundaciones en determinadas zonas de nuestro país, se
recuerda al Cuerpo Médico Nacional el riesgo de contraer enfermedades
transmisibles de importancia sanitaria. Dentro de
estos eventos, se puede encontrar fiebre tifoidea, enfermedades
transmitidas por alimentos, diarreas, afecciones de piel, leptospirosis
y hepatitis A. Debido a la situación
epidemiológica de nuestro país, y la especial gravedad potencial, se
enfatizan leptospirosis y hepatitis A.
LEPTOSPIROSIS La leptospirosis
es una zoonosis endémica, reemergente, de distribución universal, con
presentación ocasionalmente epidémica, dependiendo de factores exógenos
como el clima, fundamentalmente intensas lluvias, la constitución del
suelo y la exposición del hombre al contacto directo con los
reservorios naturales. Reservorio y fuente de infección:
los animales domésticos y silvestres infectados son los reservorios de
mayor jerarquía en la leptospirosis rural, mientras que la rata lo es
en la leptospirosis urbana. Modo de transmisión:
las leptospiras son transmitidas de animal a animal y del animal al
hombre. La forma mas frecuente de transmisión al hombre consiste en la
exposición a orina, sangre, tejidos u órganos de animales infectados o
indirectamente, a través del contacto con agua, suelo húmedo o
vegetación contaminados con orina de animales infectados, como ocurre
al nadar o por inmersión accidental u ocupacional. La puerta de entrada
es la piel excoriada, la piel íntegra pero que ha permanecido inmersa
en agua por tiempo prolongado y las mucosas orofaríngea, nasal, ocular
o genital. Periodo de incubación: promedialmente 10 días, con un rango de 1 a 3 semanas.
Manifestaciones clínicas:
la forma de presentación clínica mas frecuente es: fiebre de comienzo
repentino, cefaleas, escalofríos, mialgias intensas sobre todo en
pantorrillas y muslos. Entre las formas de presentación clínica grave,
se debe tener en cuenta las alveolitis hemorrágicas, recientemente
diagnosticadas que pueden ser diagnostico diferencial de neumonías.
Las medidas preventivas
deben comprender acciones permanentes de educación en salud a la
población alertando sobre: las formas de transmisión, manifestaciones
clínicas, consulta precoz y medidas de control. HEPATITIS A
La hepatitis A es una enfermedad infecciosa provocada por un virus. El
comienzo de la enfermedad es generalmente repentino. En el período
prodrómico, denominado también anictérico, se instalan síntomas
inespecíficos como astenia, malestar general y febrícula, coincidentes
con la viremia, anorexia, náuseas, molestias abdominales seguidas en
pocos días de ictericia, la que puede no estar presente en la niñez. Al
entrar en el período ictérico, se mantienen los síntomas anteriores y
se agregan otros elementos caracterizados por ictericia cutáneo-mucosa,
hepatomegalia, prurito difuso, coluria y/o acolia. Su evolución varía
desde formas leves de 1 a 2 semanas de duración a formas prolongadas o
graves en raras ocasiones. En términos generales la gravedad aumenta
con la edad, pero lo más frecuente es el restablecimiento completo sin
secuelas ni recurrencias, con una tasa de letalidad baja según la
literatura (0,1-0,3 %)
Agente:
El virus de la hepatitis A es uno de los virus de la familia
Picornaviridae, que incluye los enterovirus y los rinovirus. HVA es un
virus RNA muy resistente y puede sobrevivir desecado varios meses.
Transmisión:
El modo habitual es de persona a persona por vía fecal-oral es decir a
través de las manos y/o alimentos contaminados con materias fecales.
Las personas con una Hepatitis A aguda son más contagiosas dos semanas
antes de la aparición de los síntomas a una semana después del comienzo.
Reservorio: Es el hombre (en raras ocasiones otros primates).
Incubación: De 15 a 50 días; promedio 28 a 30 días. Los
brotes por fuente común se originan por lo regular por el consumo de
agua ó alimentos contaminados por manipuladores infectados, incluidos
los comestibles crudos o que fueron manipulados después de su cocción.
En el caso de las inundaciones el desborde de los pozos negros
contamina el ambiente en general y incluidas las verduras y hortalizas
rastreras, lo cual constituye un aumento del riesgo. MEDIDAS PREVENTIVAS Y DE CONTROL GENERALES
Evitar nadar o permanecer en el agua estancada o barro. Si
se debe necesariamente permanecer en ellas deben utilizarse medidas de
protección personal como botas, guantes de goma y ropa adecuada. Control de la población de roedores con medidas de desratización fundamentalmente en el domicilio y peridomicilio. Limpieza y desinfección con hipoclorito de sodio de áreas físicas domiciliarias. Utilización
de agua potable. En caso de no tener acceso a ella, hervirla o tratarla
con hipoclorito de sodio (ver recomendaciones de tratamiento del agua
al final) Lavado de manos e higiene personal con agua potable. Vigilancia sanitaria de los alimentos, descartando los que estuvieron en contacto con agua potencialmente contaminada. Almacenaje y destino adecuado de la basura, principal fuente del alimento y abrigo de los roedores. Higiene, remoción y destino adecuado de excretas humanas y animales. Desinfección permanente de los caniles o locales de crianza de animales. Empleo de técnicas de drenaje de aguas libres supuestamente contaminadas.
SI NO SE DISPONE DE AGUA POTABLE, TRÁTELA:
Para beber o lavarse los dientes: Una gota de solución de hipoclorito de sodio, por litro de agua, dejando actuar durante treinta minutos. Para la higiene personal y el lavado de frutas y verduras que se consumen crudas:
Una crucharadita de 5cc. (tamaño té) de solución de hipoclorito de
sodio por litro de agua, dejando actuar durante treinta minutos. Para lavar la ropa que haya tenido contacto con materias fecales o aguas estancadas: Cuatro cucharadas soperas de solución de hipoclorito de sodio por litro de agua.
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