Una
publicación reciente de una neurocirujana uruguaya, revela estudios que permiten
conocer mayor lo que fueron las intervenciones primitivas sobre el cráneo, tanto
de los egipcios como de los antiguos moradores de la América precolombina. Se
trata de un libro pequeño en su volumen, pero grande en su conocimiento que
permite acercarnos a la eterna búsqueda
del hombre de aliviar el sufrimiento. Es de lectura recomendada para quienes se
interesen por conocer más de su arte y ciencia, y cómo hacían los brujos, cuando
no había Facultades ni Cátedras, para aliviar el padecimiento
humano.
NEUROCIRUGÍA -En las civilizaciones arcaicas
Las trepanaciones en el antiguo
Egipto y el Perú Precolombino Un libro de María de los Ángeles
Galaret Viera
Es sabido que en la antigüedad, tanto en Egipto como entre
las culturas del Perú anterior al Descubrimiento, se practicaban trepanaciones.
Este libro analiza desde el punto de vista histórico, neuroquirúrgico y
antropológico lo que estas antiguas culturas hicieron para intentar controlar
las enfermedades del Sistema Nervioso Central, o las generales que tenían
expresión en él. La autora que es neurocirujana con muchos años de actividad
profesional, realiza un excelente estudio, acompañado de sus reflexiones desde
el punto de vista técnico, que permiten valorar lo que ha sido la evolución de
la Medicina en esta actividad, desde el brujo o el sacerdote al médico
especializado del siglo XXI. En definitiva, una pieza más para integrar el
puzzle de la evolución del hombre hacia un mundo mejor.
Es una rica excursión al conocimiento del mundo antiguo,
con adecuada bibliografía, a punto de partida de la inquietud de diversos
neurocirujanos del primer mundo actual, que han incursionado en el pasado para
explicarse las inquietudes que desde siempre el hombre ha tenido a lo largo de
su historia para controlar el dolor y las alteraciones físicas o mentales.
Enriquece nuestro contacto con una diversidad de aspectos
que van desde la paleopatología, al estudio de los papiros, las momias o los
hallazgos arqueológicos, hasta el ADN y los estudios microbiológicos, señalando
aspectos y deducciones que nos asombran sobre hechos escasamente difundidos.
Así por ejemplo aporta datos sobre los elementos relevados en el estudio de 700
momias procedentes del nordeste de Perú y Chile, con edades de casi 8.000 años,
donde encontraban enfermedades malformativas, procesos degenerativos como la
espondiloartrosis, así en América como en Egipto, vinculado posiblemente con
los trabajos pesados a que eran sometidos los humanos y sus hábitos. La
tuberculosis como enfermedad conocida en América antes la llegada de los
españoles, revelando por ejemplo el mal de Pott. Analiza los hallazgos de las
tumbas egipcias, y lo que permite conocer de sus enfermedades, que a veces
determinaron la suerte de las dinastías, o de los procedimientos para conservar
los cuerpos realizando el vaciamiento del contenido craneal por abordajes
similares a los más avanzados actuales para intervenciones focales. Revisa las
revelaciones de los papiros egipcios y la riqueza de su aporte al estudio de
estos aspectos, que hasta ahora no se habían presentado en nuestro medio.
En sus conclusiones establece: “En este ensayo se
demuestra lo disímiles que eran los marcos geográficos e históricos de Egipto y
el Perú precolombino. Los egipcios formaban una sociedad etnológica y lingüística
uniforme. Su cultura era elevada y refinada, se destacaron en el campo de la
medicina pero también en otras ciencias como la arquitectura, la astronomía,
las matemáticas y las artes, sus conocimientos fueron registrados pues tenían
un sistema de lecto-escritura. En el
otro extremo se encontraban los pueblos andinos precolombinos, distribuidos en
diversas tribus o etnias. No pudieron registrar sus conocimientos porque no
tenían un sistema de escritura. Por la tradición oral y la paleopatología se
sabe que se destacaron en el arte de la cerámica y en los textiles (sobre todo
en la región de Paracas). En lo
referente a la neurocirugía, los egipcios dejaron plasmados en el Papiro de
Edwin Smith, sus excelentes conocimientos anatómicos y semiológicos del sistema
nervioso. Las trepanaciones craneanas, sin embargo, no fueron exclusivas del
Perú precolombino, también se practicaron en diversos países de Europa y
África. No se puede conocer su finalidad
debido a que eran una sociedad ágrafa. Existe consenso entre los diversos
autores, al que también me adhiero, que las trepanaciones estaban indicadas
solamente en los traumatismos encéfalocraneanos. En los casos de cefaleas,
epilepsia y otras enfermedades, las trepanaciones tenían una finalidad ritual o
taumatúrgica”.
Quien se interese por enriquecer
su conocimiento, tendrá ocasión de hacerlo a través de esta obra, publicada por
la editorial médica local Arena, en marzo último.[1]
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