Un estudio halla que comer porciones pequeñas despacio podría no controlar la ingesta excesiva.
Un equipo del Hospital Infantil de Boston proporcionó a 18
adolescentes una comida rápida que contenía croquetas de pollo, papas
fritas y una gaseosa en una de tres formas o en tres ocasiones
diferentes: como una sola porción grande; dividida en cuatro porciones
servidas a la vez; o divididas en cuatro porciones servidas cada 15
minutos. Los autores hallaron que los adolescentes, cuatro
varones y 14 hembras que tenían sobrepeso, ingerían la misma cantidad
de alimentos (alrededor de 1,320 calorías, cerca del 50 por ciento de
la necesidad energética diaria) independientemente de la forma de
presentación. Es importante destacar que ninguno de los sujetos se
comió todos los alimentos proporcionados, lo que sugiere que comían
hasta sentirse satisfechos, no hasta limpiar el plato. "No
importaba si dividíamos [la comida] en cuatro porciones y se la dábamos
al mismo tiempo, o si la dividíamos en porciones y la distribuíamos en
intervalos de 15 minutos para ralentizar la ingesta", señaló Cara
Ebbeling, codirectora de investigación en obesidad del hospital.
"Ingerían la misma cantidad de calorías totales en cada caso. Así que
la conclusión es que el tamaño de la porción y la velocidad con que se
come no afectó el consumo de calorías". Los autores especulan
que las cualidades nutricionales de la comida rápida (alta densidad
calórica, muchas grasas y azúcares, relativamente poca fibra y un sabor
simple) explica la tendencia de los sujetos a engullirlo todo. Los resultados aparecen en la edición de mayo de Pediatrics. Connie
Diekman, dietista registrada y directora de nutrición universitaria en
la Universidad de Washington en St. Louis y presidenta electa de la
American Dietetic Association, señaló que el estudio era "muy
interesante", que estaba "bien diseñado" y que en cierto modo era
sorprendente. "Hemos pensado durante mucho tiempo que si se
controla el ritmo al que una persona come, ésta comería menos", dijo
Diekman. "Así que el hecho de que la ingesta de calorías fuera bastante
consistente en los tres grupos es un hallazgo sorprendente". Lona
Sandon, profesora asistente de nutrición clínica en la Universidad de
Texas Southwestern, señaló por otra parte, que para ella no fue una
sorpresa. "Hemos visto esto antes", apuntó. "Si pones alimentos delante
de una persona, los comerá. Mientras mayor sea la porción, más comerá".
Ebbeling enfatizó que "el tamaño de la porción", definido en
este ensayo difiere del "control de porción", en la que se ofrece a la
gente menos comida en total. Los estudios han mostrado de manera
consistente que cuando a la gente se le ofrece menos comida, tiende a
comer menos, y la investigación actual no contradice de ninguna forma
ese planteamiento, señaló. En cambio, este estudio tenía que ver
con pistas visuales: A los sujetos de la presente investigación siempre
se les ofrecía la misma cantidad de alimentos, sólo que se presentaban
de manera diferente. Pero, tomando en cuenta que el estudio
incluyó solamente un tipo de comida, Sandon cuestiona la afirmación de
los autores de que hay algo en la comida rápida que estimula a los
individuos a comer más. "No podemos concluir nada significativo al
respecto con este estudio, porque no compararon ningún ningún tipo de
alimentos", dijo. "¿Qué pasaría si a los niños se les ofreciera
un sándwich de mantequilla de maní con frutas? ¿Obtendríamos la misma
respuesta?", se preguntó Sandon. Diekman estuvo de acuerdo en
que se necesitan hacer estudios más grandes antes de sacar conclusiones
firmes que se traduzcan en acción. No obstante, agregó, "aún es un buen
estudio a tener en cuenta sobre todo desde el punto de vista del grado
de saciedad en función del tipo de alimentos ingeridos". Más información Para más información sobre una alimentación saludable, visite la American Dietetic Association.
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