Un grupo de investigadores europeos escribió un estudio en la revista International Journal of Obstetric Anestesia, en Abril del 2007, en el cual buscaron evaluar las actitudes frente al parto y el nacimiento, cuando las esposas recibían o no la anestesia epidural. La investigación se basó en la aplicación de un cuestionario a los futuros padres, a partir del momento en que sus compañeras eran admitidas en el hospital, hasta el nacimiento del bebe.

Los resultados presentados revelaron que 60% de las embarazadas, admitidas en trabajo de parto, recibieron anestesia epidural, mientras que las 40% restantes tuvieron su parto conducido con anestesia local. Los compañeros de las embarazadas, que no recibieron la anestesia epidural, sintieron que su presencia, durante el trabajo de parto, era desnecesaria y que so aumentarían la ansiedad. Por su vez, cuando la embarazada recibió anestesia epidural, la actitud de los futuros padres fue de mayor participación paterna y relataron la sensación de que su presencia, en aquél momento, era de gran auxilio.

Así, los autores concluyen, que la administración de anestesia epidural en la embarazada, admitida para trabajo de parto, se asocia con reducción de la ansiedad y estrese de los compañeros, además de aumentar el hecho de involucrar los padres en el nacimiento.

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