Las dietas pobres en azúcar podrían ser más efectivas que otros regímenes alimenticios en algunos casos de obesidad. Según un estudio publicado en la revista 'Journal of the American Medical Association' ('JAMA'), las personas con sobrepeso u obesidad que segregan altos niveles de insulina pueden perder más peso y grasa corporal si se someten a una alimentación baja en glucosa en vez de seguir otras pautas dietéticas.

Eliminar las grasas, acabar con los carbohidratos, restringir la ingesta de dulces... ¿cuál es el régimen más efectivo? Los nutricionistas recomiendan, sobre todo, no renunciar a nada pero comer siempre con moderación. Sin embargo, algunos trabajos señalan que, en determinados casos, seguir una determinada pauta alimenticia y eliminar algunos productos de la dieta puede ser más efectivo a la hora de perder peso.

Un equipo dirigido por la doctora Cara B. Ebbeling, del Children Hospital de Boston se dispuso a analizar esta cuestión partiendo de la hipótesis de que aquellos individuos que segregan niveles altos de insulina tras ingerir alimentos ricos en azúcares son más sensibles a los efectos de la glucosa.

El objetivo de la investigación era, por tanto, determinar si la secreción de insulina es un factor que afecta a la grasa corporal entre individuos obesos.

Decir adiós a los dulces

Entre 2004 y 2006, esta investigación analizó a 73 jóvenes obesos, que fueron divididos en grupos en función de la dieta que se les asignó. Así, la mitad se sometió durante medio año a un régimen pobre en azúcar y el resto consumió una dieta baja en grasas.

Entre otras variables, al inicio de la investigación se analizó la concentración de insulina que cada uno de ellos tenía media hora después de consumir una dosis de glucosa de 75 gramos. De este modo, se midió la secreción de insulina individual. Esta misma prueba se repitió cada 6 meses durante el tiempo de seguimiento.

Los resultados del estudio mostraron que, aunque no hubo diferencias importantes entre ambos grupos, en aquellos que presentaban niveles más altos de insulina en sangre, la dieta pobre en azúcar produjo una mayor pérdida de peso. (5.8 kg frente a 1.2 kg).

Además, los niveles de triglicéridos y colesterol HDL o "bueno" también mejoraron en el grupo de la dieta pobre en azúcar. Por el contrario, esta dieta era menos efectiva que la pobre en grasas para controlar los niveles de LDL o "colesterol malo".

"En individuos obesos que altas concentraciones de insulina 30 minutos después de un test de tolerancia a la glucosa, una dieta pobre en azúcares podría promover una pérdida de peso y grasa corporal mayor que una dieta baja en grasas", comentan los investigadores en su estudio.

Sin embargo, estos científicos también reconocen que su investigación tiene algunas limitaciones y que son necesarios nuevos estudios que prueben estos resultados y ayuden a dilucidar el proceso por el cual se regula esta interacción.

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