Un gran número de bacterias
son sensibles a los antibióticos de primera elección, pero hay que tener cuidado
con las resistencias. En Cantabria se ha configurado una comisión de expertos
para lograr un uso más responsable de los
antibióticos.
Aunque
los antibióticos requieren receta, "la realidad es que alrededor de un 30 por
ciento de su consumo se realiza sin indicación médica, y existe una correlación
entre el consumo de antibióticos y la aparición de bacterias resistentes", ha
asegurado la consejera de Sanidad de Cantabria, Charo Quintana, en la
presentación de un grupo de trabajo de especialistas y de la campaña regional
para el buen uso de este tipo de fármacos.
África Mediavilla,
especialista en Farmacología Clínica del Hospital Valdecilla e interlocutora de
la Consejería de Cantabria con el Ministerio de Sanidad en temas relacionados
con los medicamentos, ha resaltado que no es nada infrecuente que, una vez que
el médico prescribe un antibiótico, con una pauta determinada y durante un
periodo de tiempo, "el paciente no cumpla ni las dosis ni los intervalos de
tiempo entre una y otra, sobre todo cuando la administración es cada ocho horas.
También es habitual que no se complete totalmente, sino sólo hasta que
desaparecen los síntomas, lo cual repercute en el aumento de las resistencias
bacterianas".
Según Mediavilla, "todavía hoy tenemos muchas bacterias que
son sensibles a los antibióticos de primera elección", y ha puesto como ejemplo
a la penicilina que, después de cuarenta años, continúa siendo un medicamento de
primera elección en infecciones producidas por estreptococos. "No porque sea un
medicamento más antiguo o más barato hay que descartarlo".
España es uno
de los países europeos con mayor consumo de antibióticos, "y no porque haya más
infecciones bacterianas, sino porque se utilizan innecesariamente para tratar
infecciones víricas que no responden a los antibióticos".
Es también uno
de los países donde más se practica la automedicación y, junto con Italia, de
los que más acumulan antibióticos en los hogares. "No es infrecuente que el
paciente, o un familiar, demanden la prescripción de un antibiótico,
especialmente en el caso de infecciones respiratorias en niños".
Para
Mediavilla, la aparición de estas cepas bacterianas resistentes supone un
problema de salud pública de primer orden, puesto que los antibióticos son
indispensables para el tratamiento de ciertas infecciones bacterianas graves,
pero "las resistencias afectan a toda la población, ya que la bacteria se hace
insensible a antibióticos, independientemente de que el paciente afectado haya
tomado en algún momento, o no, esos antibióticos. El problema podría tener
consecuencias incluso más allá de nuestras fronteras, porque esas bacterias
resistentes viajan a otros países".
Ante una situación tan preocupante y
con la colaboración de sociedades científicas se ha elaborado una campaña que
pretende evitar el uso de antibióticos para situaciones que no lo
requieren.
En este sentido, Quintana ha advertido de que una gran parte
de las enfermedades respiratorias están ocasionadas por virus, por lo que los
antibióticos no serán de utilidad, no curarán la infección y, por el contrario,
si se utilizan, "someten a la persona a riesgos innecesarios y hacen que las
bacterias se hagan resistentes a ellos y dejen de tener
efecto".
Sensibilidad y
resistencias Charo Quintana ha adelantado que a todas
estas actuaciones se sumarán otras que la comunidad autónoma está poniendo en
marcha, y ha resaltado un estudio de sumo interés que va a permitir, por primera
vez, que todos los profesionales médicos conozcan datos específicos de
sensibilidad y resistencias a los antibióticos en Cantabria.
"El
conocimiento resultará una valiosa guía, que permitirá tratar con más éxito las
infecciones al seleccionar el antibiótico más adecuado, disminuirá la necesidad
de recurrir a antibióticos de amplio espectro y a frenar el desarrollo de
resistencias bacterianas".
Francisco de Asís de la Maza, presidente del
Colegio de Farmacéuticos de Cantabria, ha ratificado que los farmacéuticos
participarán en esta campaña "de forma activa y, asimismo, participaremos en la
difusión y sensibilización hacia el ciudadano. Para los farmacéuticos hay dos
objetivos claros: el cumplimiento del tratamiento, ya que vemos en las farmacias
que el paciente no siempre lo cumple, y evitar la automedicación".
El
citado colegio ha elaborado un manual práctico para las oficinas de farmacia que
servirá para un mejor conocimiento de los
antibióticos.
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