La escasez de trabajadores sanitarios limita el acceso al tratamiento de VIH/sida en África |
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Médicos Sin Fronteras
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Friday, 25 de May de 2007 |
Un nuevo informe de MSF exhorta a los gobiernos y donantes a incrementar los salarios y mejorar las condiciones de los trabajadores sanitarios en el sur de África por el bien de los pacientes.
La acuciante falta de trabajadores sanitarios en el sur del continente
africano constituye una amenaza a los esfuerzos para ampliar el acceso
al tratamiento del VIH/sida, ha advertido la organización médico
humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) en un nuevo informe publicado
hoy.
El informe cubre cuatro países del sur de África –Lesoto, Malaui,
Mozambique y Suráfrica– donde más de un millón de personas todavía
necesitan de forma urgente tratamiento antirretroviral pero carecen de
acceso a él. La falta de acción al respecto no hará más que provocar
enfermedades y muertes innecesarias.
“En el distrito de Thyolo estamos tratando a 7.000 personas con
VIH/sida. Tenemos que incrementar este número a 10.000 hacia finales
del año, pero nuestro programa ha topado con un muro, sencillamente
porque no hay bastantes diplomados en enfermería, médicos o auxiliares
médicos”, explica Veronica Chikafa, una matrona que trabaja con MSF en
Malaui.
La grave escasez de personal sanitario está comprometiendo la calidad y
la disponibilidad de la atención a los pacientes con VIH/sida en todo
el sur de África. En el distrito de Thyolo en Malaui, un auxiliar
médico puede ver hasta 200 pacientes al día, demasiados pacientes para
asegurar una atención de calidad. En el distrito de Mavalane en
Mozambique, los pacientes se ven obligados a esperar hasta dos meses
para empezar el tratamiento debido a la falta de médicos y diplomados
en enfermería y son muchos los que han muerto durante la espera.
En Lesoto hay únicamente 89 médicos en todo el país. “Son los
diplomados en enfermería quienes proporcionan atención al VIH en
clínicas rurales, pero éstos se sienten abrumados por el gran número de
pacientes que tienen que ver”, afirma el Dr. Pheello Lethola, médico de
terreno de MSF en Lesoto. “El horario de consultas es demasiado corto,
y los enfermos padecen innecesariamente. Si los enfermeros sufren, los
pacientes sufren”.
Aunque se reconoce esta crisis de recursos humanos, en la práctica se
hace muy poco para paliarla. MSF urge a los gobiernos que desarrollen e
implanten planes de emergencia para fidelizar a los trabajadores
sanitarios que incluyan medidas como subirles el sueldo y mejorar las
condiciones laborales en general. En la mayoría de países, esto
solamente ocurrirá si los donadores cambian sus políticas y empiezan a
proporcionar apoyo económico para gastos recurrentes como los salarios.
Los Ministerios de Finanzas y el Fondo Monetario Internacional (FMI)
necesitarán encontrar soluciones para superar las barreras que suponen
el escaso número de trabajadores sanitarios y el bajo nivel de los
salarios. De no ser así, los gobiernos no podrán responder
adecuadamente a las necesidades no cubiertas con respecto al
tratamiento.
Incluso en Suráfrica, país que posee un mayor número de profesionales
sanitarios y que además están mejor pagados en relación al resto de los
trabajadores sanitarios en los demás países del sur del continente, una
distribución desigual y escasez de personal también provoca retrasos a
la hora de ampliar el tratamiento. “Las clínicas están totalmente
saturadas, las listas de espera son cada vez más largas y la sensación
es que estamos perdiendo la batalla”, declara el Dr. Eric Goemaere,
responsable del programa de MSF en Khayelitsha, Western Cape. “Nuestro
mensaje para quienes elaboran políticas en sus despachos lejos de los
pacientes es que ellos serán quienes finalmente tendrán que dar cuentas
si no son los bastante reactivos o flexibles para encontrar soluciones
a la escasez de personal”.
Para ampliar el acceso a la atención del VIH en entornos rurales, los
equipos de MSF se han basado en el traspaso de tareas de los médicos a
los diplomados en enfermería y de éstos a los promotores de salud
comunitarios. Pero éstas no son más que medidas limitadas que no
suplirán la necesidad de personal sanitario adicional.
“Resulta incomprensible que los financiadores proporcionen fondos para
tratamientos de sida de por vida y la construcción de nuevas clínicas,
pero se nieguen a donar fondos para que se incrementen los salarios de
los trabajadores sanitarios aludiendo que eso no es ‘sostenible’”,
manifiesta Sharonann Lynch, coordinadora de familiarización con el
tratamiento de MSF en Lesoto. “Las personas con VIH/sida no solamente
necesitan medicamentos y clínicas, también necesitan trabajadores
sanitarios formados y motivados que puedan diagnosticarles, tratarles y
monitorizarles”.
En
los cuatros países que aparecen en este informe, MSF proporciona
actualmente tratamiento antirretroviral (TAR) a casi 30.000 personas.
En todo el mundo, MSF proporciona la TAR a más de 80.000 pacientes en
más de 30 países. |