Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha realizado un hallazgo que incide en la teoría de que el esperma aporta al proceso de fecundación algo más que el genoma paterno, el único papel que se le reconoce en la actualidad, informó hoy el propio CSIC.
Los autores, afirma el CSIC en un comunicado, lograron "identificar
la presencia de las taquicininas y de sus receptores en espermatozoides
humanos, además de comprobar su implicación en la regulación de la
fertilidad masculina". Estos resultados de la investigación, que aún
está en curso, fueron publicados en la revista 'Human Reproduction'.
Los investigadores explicaron que el estudio busca la
identificación de factores que regulan la fertilidad. "En este caso,
han abordado temas relacionados con la motilidad, una de las funciones
esenciales del espermatozoide, y uno de los principales métodos para
diagnosticar la infertilidad masculina", agregó el CSIC.
El estudio, dirigido por la investigadora valenciana Luz
Candenas, ha demostrado la presencia en espermatozoides de los ARN que
codifican todas las taquicininas conocidas en humanos y que algunas de
éstas se muestran capaces de modular la motilidad del esperma humano.
"El estudio también ha aportado nuevos datos sobre la maduración
de los espermatozoides, un proceso que surge tras la eyaculación,
durante el tiempo que residen en el tracto genital femenino, y que les
permite adquirir la capacidad de fertilización", explicaron los
investigadores. Hasta hace poco, los espermatozoides eran considerados células
silentes, cuya única función durante la fecundación se reducía a la
aportación del genoma del padre. Sin embargo, estudios recientes han
demostrado la presencia de un complejo repertorio de ARN mensajeros en
el espermatozoide eyaculado, cuya utilidad aún se desconoce.
|