Un equipo de cinco cirujanos y tres anestesistas ha logrado separar con éxito, tras más de seis horas de operación, a los siameses Ram y Lakshman, que nacieron hace diez meses unidos por el pecho y el abdomen. El hecho tuvo lugar en el hospital de Raipur, capital del estado indio de Chhattisgarh, uno de los más pobres del país. La carencia de medios obligó a los facultativos a estudiar la técnica en internet y a pedir prestado un costoso escalpelo de ultrasonidos que facilita la coagulación.
Ambos bebés, que han permanecido durante nueve meses
ingresados a la espera de que su peso y estado físico permitieran la
intervención, evolucionan favorablemente, dentro del elevado riesgo que
suponen los primeros días. Según el Jefe de Cirugía, Ashok Sharma, el
desenlace fue feliz gracias a que los niños, que compartían hígado,
páncreas y esternón, poseían sin embargo corazones y aparatos urinarios
independientes. Esto aumenta la tasa de supervivencia, que no obstante
se mantiene en un escaso 30 por ciento.
«Es un milagro», declaró emocionado el padre, Ramprasad
Kohl, de 36 años. Para esta humilde familia de campesinos se ha obrado,
en efecto, el milagro: al nacer los niños, en julio de 2006, los
facultativos de su clínica local rehusaron intentar la separación,
alegando que de todos modos los niños morirían. Ramprasad y su mujer,
Premvati, acudieron entonces al hospital de Raipur, donde no solamente
aceptaron su caso pese a carecer de experiencia y equipamiento, sino
que además el centro se ofreció a correr con todos los gastos.
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