Los
responsables del estudio, realizado en 30 mil personas, indicaron que
para disminuir la incidencia de las complicaciones coronarias, es
necesario cambiar determinados hábitos alimentarios y prevenir el abuso
de sustancias tóxicas.
Los datos de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) indican que cada año mueren en el mundo más de 17
millones de personas a causa de infartos y otros problemas
cardiovasculares.
Más precisamente, de acuerdo con una
investigación realizada en países de Latinoamérica, el tabaquismo, la
obesidad y el incremento del colesterol son los responsables de ocho de
cada diez infartos agudos de miocardio.
La comida "chatarra", uno de los puntos a modificar El
estudio Interheart, cuyas conclusiones forman parte de la revista
especializada Circulation, una publicación del American Heart
Association (AHA), fue realizado gracias a la participación de
numerosos especialistas, y consistió en analizar los factores de riesgo
cardiovascular y su incidencia en 30 mil personas sanas.
"En
América Latina y otras economías en desarrollo ha habido un rápido
cambio en la dieta, con un alto incremento del consumo de alimentos y
bebidas energéticas, así como también de sustancias de origen animal y
endulzantes hipercalóricos agregados a los alimentos. Como muestra de
esta realidad, tenemos los datos obtenidos en el relevamiento que no
hacen más que enfatizar la necesidad de cambiar drásticamente el estilo
de vida para poder revertir el crecimiento de la incidencia de las
complicaciones coronarias", señaló el doctor Sydney Smith Jr.,
integrante del equipo de investigación.
No obstante, los
hábitos alimentarios no son el único tema a tener en cuenta, pues el
sedentarismo, el abuso de determinadas sustancias tóxicas como la
nicotina y el alcohol, y la historia familiar, también constituyen
factores de riesgo.
"Más de 90% del riesgo de desarrollar
enfermedades cardiovasculares y diabetes depende de factores
relacionados con el estilo de vida, que pueden modificarse. Entre
éstos, se encuentran el tabaquismo; la hipertensión; la resistencia a
la insulina; el incremento de triglicéridos, un elevado colesterol LDL
o 'malo' y un bajo colesterol bueno; el elevado nivel de azúcar en
sangre, la obesidad abdominal y el abuso de alcohol", destacó el
especialista estadounidense integrante del equipo científico de la
Universidad de Carolina del Norte.
Cabe destacar que, en
condiciones ideales, una persona debería tener el colesterol total, por
debajo de los 200 miligramos por decilitro (mg/dl); y el colesterol
"malo" (LDL), por debajo de los 140 mg/dl.
Atendiendo a los
resultados de la investigación, el doctor Domingo Turri, jefe del
servicio de Cardiología del Hospital Universitario Austral, postuló:
"El ataque cardíaco agudo es cada vez más frecuente en gente joven.
Esto se debe, básicamente, a que tanto los chicos como los adolescentes
descuidan la selección de alimentos, consumen más calorías de las
necesarias, fuman y llevan una vida alejada del deporte o del ejercicio
físico regular".
"De esta manera, continuó el especialista
argentino, crece el número de personas que desde muy temprana edad
desarrollan obesidad, grasas sanguíneas altas e hipertensión arterial,
o llegan a la edad adulta con fuerte predisposición a sufrirlas. Sin
embargo, es importante tener en cuenta que prevenir la enfermedad
coronaria es un hecho posible y concreto. La clave está en que cada
persona o familia busque la mejor forma de implementar un estilo de
vida propio, pero saludable".
A
lo largo de los años, diversos estudios demostraron que si se actúa
sobre los factores de riesgo, se puede disminuir la posibilidad de
tener un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular (ACV).
Para eso, la mejor receta es ir de a poco, atacando un factor a la vez
y modificando hábitos paulatinamente. Incorporar una dieta sana y
equilibrada y, fundamentalmente, hacer mucho ejercicio.
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