Una práctica habitual en los pacientes con infarto de miocardio puede no sólo no ser beneficiosa sino incluso perjudicial, tal como revela un trabajo que se publica en la edición electrónica de la revista The Lancet. Pese a la falta de pruebas sobre su seguridad y eficacia, muchos médicos se decantan por administrar fármacos en los pacientes con elevación del ST repentina antes de iniciar una resvascularización de emergencia. Estudios recientes están echando por tierra los beneficios de esta práctica.
El último, firmado por Ellen Keeley, del Centro Universitario Southwestern Texas, en Dallas, ha revisados datos de 17 ensayos en los que se comparan los resultados del tratamiento de pacientes con elevación del ST repentina a los que se les asignó un fármaco antes de la angioplastia o de la colocación de un stent, frente a individuos que no recibieron el tratamiento farmacológico. El primer grupo estaba compuesto por 2.237 pacientes y el segundo por 2.267.
Los sujetos que recibieron la medicación tuvieron más riesgo de infarto no fatal, hemorragia e ictus, y necesitaron que se les repitiera la revascularización en más ocasiones que el grupo con el que se comparaba. Este incremento de probabilidades fue especialmene más acusado entre los sujetos que recibieron terapia trombolítica. Según Keeley, "la administración de fármacos previa a la angioplastia o a la colocación de stent no ofrece ningún beneficio sobre la intervención primaria del infarto con elevación del ST y no debería emplearse fuera del contexto de ensayos aleatorizados controlados. Además, el empleo de regímenes trombolíticos antes de la intervención debería evitarse". En un editorial que acompaña a este trabajo, Gregg Stone, de la Fundación de Investigación Cardiovascular de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y Bernard Gersh, de la Clínica Mayo, en Rochester, Minesota, indican que "los resultados de esta revisión cuantitativa son inequívocos y sorprendentes: la angioplastia con fármacos comparada con la angioplastia sola en lugar de salvar más vidas, como era de esperar, eleva el riesgo de mortalidad, así como los efectos adversos". En otro estudio que publica también la edición electrónica de la citada revista, FransVan de Werf, de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, confirma este hallazgo al determinar que el empleo de una dosis completa de tenecteplasa en la revascularización produce más efectos secundarios que ésta sola. |