Tras el caso del pasajero estadounidense con
tuberculosis resistente a todo tratamiento que el mes último fue puesto
en cuarentena por haber tomado un vuelo intercontinental, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió anteayer una alerta
sobre el avance de esta forma sin cura de la enfermedad.
"Sabemos que hay 37 países con al menos un
caso de tuberculosis extremadamente resistente, incluida la Argentina",
afirmó el doctor Mario Raviglione, director del Departamento de
Tuberculosis de la OMS.
En diálogo telefónico con LA NACION
desde su oficina en Ginebra, el doctor Raviglione informó que la
agencia de las Naciones Unidas confirmó en 2006 que, de los 420.000
casos de tuberculosis resistente a las drogas de primera línea de
tratamiento, 30.000 son pacientes con una forma de la enfermedad que no
se puede tratar con los medicamentos existentes y cuya curación depende
sólo de la fortaleza del sistema inmune del paciente.
"Entre
2000 y 2004, le comunicamos a la OMS que en nuestro laboratorio
detectamos 22 casos argentinos de tuberculosis con multirresistencia
extendida y en el último año identificamos 3 casos más, por lo que
entre 2000 y 2006 alcanzamos los 30 casos", explicó la doctora Lucía
Barrera, jefa del Servicio de Microbacterias del Instituto Nacional de
Enfermedades Infecciosas-Anlis Carlos Malbrán.
En el país,
cada año se notifican 11.500 casos de tuberculosis, una enfermedad
contagiosa que se propaga por el aire como un simple resfrío cuando
personas infectadas con los bacilos de Koch los expulsan al toser,
estornudar, hablar o escupir. Es suficiente inhalar una mínima cantidad
de esos gérmenes para infectarse.
Sin embargo, no todas las
personas infectadas se enferman, ya que el sistema inmune puede
mantener latentes los bacilos durante años. Si no lo logra, la persona
desarrolla una forma activa del mal. Cada persona con tuberculosis
pulmonar sin tratamiento puede contagiar a entre 10 y 15 personas por
año.
Existen dos tipos de tratamientos disponibles: de
primera y de segunda línea. Cuando la tuberculosis se vuelve resistente
a por lo menos dos de los medicamentos de primera línea más poderosos
(isoniazida y rifampicina), la indicación para tratar a esos pacientes
multirresistentes es pasar a drogas de segunda línea.
La OMS
informó que de 17.690 muestras aisladas en 49 países, el 20%
correspondía a casos de tuberculosis multirresistente y el 2% a casos
con multirresistencia extendida; es decir, resistentes a cualquier
fluoroquinolona y a por lo menos una de las tres drogas inyectables de
segunda línea (capreomicina, kanamicina y amikacina). En nuestro país,
el 4% de los enfermos es multirresistente y, según Barrera, ellos son
"la fuente futura de alimentación" de la multirresistencia extendida.
"Esperamos que los países, incluida la Argentina, inviertan más dinero
en el control y el tratamiento de la enfermedad -insistió Raviglione-.
El ministro de Salud argentino suscribió durante la 60a. Asamblea de la
OMS el documento que compromete a los gobiernos a asegurar el acceso al
tratamiento supervisado de alta calidad, a los medicamentos y a
garantizar el control de los pacientes para prevenir la aparición y la
transmisión de la tuberculosis multirresistente."
Según la
doctora Barrera, para eso son fundamentales los recursos de detección
del bacilo y un sistema de asistencia social "que asegure la adherencia
de los pacientes bajo tratamiento regular", que dura unos 6 meses y
ayuda a curar al 98% de los enfermos. "El problema -dijo- es que a los
dos meses se empiezan a sentir bien y tienden a abandonarlo." Y
Raviglione agregó: "Mi pedido al gobierno argentino es que considere la
tuberculosis seriamente. Hay que tomar conciencia de que no es un mal
del pasado, sino una enfermedad del presente y del futuro si no se
toman ya las medidas para evitarlo".
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