La mitad de los enfermos presenta fragmentación en el ADN de los espermatozoides. Los hombres diabéticos tienen mayor riesgo de infertilidad porque el
material genético de su esperma está mucho más fragmentado que el de
los hombres que no tienen la enfermedad. Ésta es la conclusión de un
estudio británico publicado recientemente en la edición digital de la
revista Human Reproduction. Aunque se han realizado algunas
investigaciones para determinar la relación entre diabetes e
infertilidad, éste ha sido el primer estudio que ha comparado la
calidad del ADN del esperma de hombres diabéticos y no diabéticos,
según sus autores.
El daño genético de los espermatozoides es un parámetro
relativamente nuevo para la evaluación de la fertilidad masculina.
Tradicionalmente, los análisis de esperma se han centrado en medir la
cantidad, morfología y movilidad de los espermatozoides. "Sabemos que
el daño en el material genético del esperma puede provocar problemas de
infertilidad, pero hasta ahora no se había comparado el daño en el ADN
de los dos grupos", señala, por teléfono, Sheena Lewis, directora
científica del Grupo de Investigación en Medicina Reproductiva de la
Universidad de Queen's de Belfast (Reino Unido) y una de las autoras
del estudio. Lewis explica que tomaron muestras de semen de 56
hombres de 34 años de media y 27 de los cuales eran diabéticos.
Observaron que el 52% del ADN del núcleo de las células del esperma de
los diabéticos estaba fragmentado, comparado con el 32% del grupo de
hombres que no tenían la enfermedad. La investigadora señala que el
grupo de hombres no diabéticos había acudido a una clínica para
someterse a tratamientos de infertilidad y por ello es probable que
incluso tuvieran más fragmentación en el ADN que el resto de población
que no se somete a este tipo de tratamientos. También se estudió
la calidad del semen y aunque se observó que los diabéticos tenían
menos cantidad -pero dentro de los parámetros normales según la
Organización Mundial de la Salud (OMS)- no se encontraron muchas
diferencias en ninguno de los otros parámetros convencionales de
análisis. "De momento no podemos establecer una relación
causa-efecto y por ello no queremos ser alarmistas y decir que los
hombres diabéticos no pueden tener hijos ya que esto no es cierto",
matiza Lewis. "Pero es importante dar un toque de atención y poner el
tema sobre la mesa porque la tasa de personas diabéticas está
aumentando en todo el mundo y cada vez afecta a hombres más jóvenes y
en edad reproductiva", añade la investigadora. La diabetes es una
enfermedad que ya afecta a 200 millones de personas en todo el mundo
(en España hay 2,5 millones de enfermos) y que va en aumento: según
datos de la OMS, en el año 2030 habrá 366 millones de diabéticos.
Además, según Lewis, la cifra de personas que padecen diabetes del tipo
1 o juvenil (entre el 5 y 10% del total de diabéticos y que se
caracteriza porque el páncreas deja de producir insulina por completo)
se duplicará en los próximos 10 años y, como consecuencia, afectará a
personas más jóvenes. El grupo de hombres diabéticos que
participó en el estudio padecían diabetes del tipo 1, pero Lewis
explica que han realizado las mismas pruebas con pacientes que tienen
diabetes del tipo 2 -anteriormente conocida como del adulto- y han
observado los mismos resultados. Este tipo de diabetes también está
apareciendo cada vez más a una edad más temprana debido, sobre todo, a
la obesidad y al sedentarismo. Aunque no se conoce si hay una
relación directa entre la fragmentación del ADN de los espermatozoides
y la diabetes, el equipo de Lewis especula que la causa podría estar en
los altos niveles de azúcar en la sangre de los diabéticos. "La
hiperglucemia aumenta la presencia de radicales libres en el cuerpo y
sabemos que éstos son los responsables del daño genético de los
espermatozoides". "Este estudio es muy pequeño, pero sienta las
bases para futuras investigaciones que arrojen un poco más de luz sobre
el tema", apunta Lewis. "Hay que ver cuál es la prevalencia de
diabéticos entre los hombres que se someten a tratamientos de
infertilidad y ver si sus hijos tienen algún problema", añade. Desde
el Instituto Valenciano de Infertilidad, el doctor Nicolás Garrido
explica que el hecho de tener dañado el ADN de los espermatozoides no
significa que estos hombres no puedan tener hijos. Garrido, que ha
publicado estudios sobre este tema, señala que en tratamientos de
inseminación artificial se observó que el daño genético del esperma no
afectaba la probabilidad de conseguir un embarazo. "En cambio, en
técnicas de fecundación in vitro sí observamos que había más
dificultades para conseguir buenos embriones, pero eso no significa que
estos hombres no puedan tener hijos", incide. "Quizá tardarán más y
será más complicado", añade, "pero el daño genético de los
espermatozoides no es determinante".
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