Hace un año que los CDC de EEUU (los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades) decidieron incluir las pruebas para detectar el VIH, eliminando el consentimiento por escrito, como parte de las consultas médicas rutinarias. El objetivo era aumentar los diagnósticos precoces y evitar nuevos contagios. Sin embargo, un análisis indica que la relación coste-eficacia de esta estrategia no es tan buena como la de dirigirse sólo a grupos concretos.
David R. Holtgrave, de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la
Johns Hopkins, ha analizado los beneficios de esta reciente medida, que
afecta a todas las personas entre los 13 y los 64 años, durante el
tiempo que lleva en funcionamiento. Su estudio concluye que las pruebas masivas cuestan al sistema sanitario unos 864 millones de dólares
(unos 650 millones de euros). "Por el mismo precio, las pruebas en
grupos concretos y el consejo adecuado identifican tres veces más casos
de VIH y evitan cuatro veces más nuevas infecciones que la estrategia
de los CDC", afirma el experto.
Se estima que en torno al 25% del millón de personas que están
infectadas por el VIH en EEUU no saben que son portadores del virus. Lo
mismo ocurre en España, donde en el 50% de los casos, el paciente
descubre que tiene VIH cuando ya ha desarrollado la enfermedad del
sida. Por este motivo, los CDC decidieron incluir el test de VIH como
si fuera un análisis más. "Aunque la estrategia tiene beneficios, no
son tantos como los de centrar los esfuerzos en los grupos de riesgo",
reconoce el especialista en prevención del VIH.
El análisis de la Johns Hopkins, que aparece en Plos Medicine
estima que las pruebas rutinarias recomendadas por los CDC podrían
alcanzar al 22,8% de las 250.000 personas en Estados Unidos que ahora
mismo desconocen que tienen el virus. Además, podría prevenir el 9,1% de las 40.000 infecciones que se producen cada año en el país.
Estas cifras, sin ser malas, están por debajo de lo que se consigue
con las estrategias para los grupos de riesgo, que logran identificar a
las tres cuartas partes de los ciudadanos que no saben su condición de
seropositivos y pueden prevenir el 36% de las nuevas infecciones.
"Es importante que todos aquellos que están infectados por el virus
de la inmunodeficiencia humana conozcan su estado, para que accedan
cuanto antes al tratamiento. La cuestión ahora es determinar la
estrategia más eficaz para identificar las infecciones y es lo que
tenemos que averiguar", concluye Holtgrave.
Aunque el estudio tiene limitaciones, es el primero que ha analizado la relación coste-eficacia
de la medida de los CDC durante un año. No obstante, se tienen que
seguir realizando trabajos para evitar el mayor número posible de
nuevos casos de sida.
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