Se basa fundamentalmente en la prevención de las consecuencias del choque (por lo tanto, es una enfermedad evitable), sea en condición de peatón o de conductor de cualquier vehículo y la promoción de los hábitos saludables de vida  para mejorar la morbimortalidad de los siniestros de transito. La medicina del transito unifica criterios para los médicos que realizan las evaluaciones para el otorgamiento de la licencia de conducir.

Hablamos de siniestros de transito y no de accidentes, porque este término involucra la presunción de que el “destino o la mala suerte” son los que provocan el choque. Para la mayoría de la población se trata de que fue “el hado” el que decidió que así fuera y no la imprevisión como ocurre en la mayoría de los casos.

En la prevención debemos brindar información, educación  y formación de  multiplicadores en ésta temática para que los peatones/conductores de vehículos a tracción a sangre o de motor, cambien sus hábitos en la vía pública. Debemos formar una conciencia vial e internalizar la noción de riesgo para cuidarnos en el transito.

Ayuda a la formación del médico en el primer nivel de Atención Primaria de Salud, porque es el que se encuentra en una posición privilegiada para enseñar como evitar  los accidentes. Diariamente en la consulta médica debemos realizar un consejo práctico de prevención, según la patología del paciente con nuestras recomendaciones lo orientaremos si puede o no conducir o recordarle los efectos secundarios de los medicamentos como pueden alterarlo.

Los siniestros viales, constituyen un grave problema sanitario, los que se han extendido como una pandemia a nivel mundial. Por ello, desde la OMS/OPS han tomado con gran preocupación esta temática. Desde el 2004 lanzaron una propuesta quinquenal llamada “La Seguridad Vial no es Accidental”, para lograr disminuir las estadísticas internacionales, sobre todo en los países de bajos ingresos, donde tienen una incidencia mayor (mas del 90 %). Como consecuencia se lanzó dicha campaña internacional de concientización por tratarse de una “epidemia oculta” y poco reconocida.

Toda la población del país de una u otra manera sabe cómo y cuándo cuidarse en el transito. Andamos apurados y estresados y no reparamos en nuestros errores.
Nos preocupamos cuando alguien comete una falta, la reconocemos y nos ocupamos de criticar al infractor pero cuando somos nosotros los que infringimos la ley, ahí nos olvidamos, nos ponemos a la defensiva y siempre la “culpa la tuvo el otro”.

Mientras que los países desarrollados han tomado las previsiones para disminuir los riesgos, sus accidentados son mayoritariamente los conductores, en los tercermundistas, especialmente se ven involucrados los peatones, ciclistas, motociclistas y pasajeros.

En cifras, hablamos que los siniestros vinculados al transito, matan a nivel mundial a 1.200.000 personas al año y dejan lesionados aproximadamente a 50.000.000, quedando  un gran porcentaje de ellos con incapacidades permanentes.

En nuestro país aun hoy no existe información fiable, según la investigación que se presentó en 1999 “Epidemiología de la Enfermedad Traumática en Uruguay” se reconocen que aproximadamente mueren más de 500 personas al año, más de 37.000 sufren lesiones traumáticas de diversos tipos y unas 1.500 quedan con discapacidades crónicas y permanentes.

Las muertes provocadas por los siniestros viales ocupan en el Uruguay el tercer lugar después de las Enfermedades Cardiovasculares y los Tumores Malignos, mientras que en los menores de 34 años pasan a ser la primera causa de muerte.

De allí la importancia de la Medicina del Transito como nueva especialidad.

La importancia del tema sobre los traumatismos que provocan los choques según las Naciones Unidas, está dada por las proyecciones que existen para los próximos 20 años.
Hoy, ocupan el noveno lugar a nivel mundial pero si no se toman las medidas necesarias, se incrementarán en un 65 % y pasarán a ocupar en el año 2020, el segundo lugar después de las depresiones.

En la semana del 23 al 28 de abril del 2007 se promovió desde Ginebra (Suiza) que se celebrara a nivel mundial “la 1ª Semana de la Seguridad Vial”. También se realizó la “1ª Asamblea Mundial de los Jóvenes por la Seguridad Vial” donde se reunieron más de 100 jóvenes delegados de los distintos países que integran las Naciones Unidas.

Los costos que se generan por esta causa a nivel mundial se estiman en 65.000 millones de dólares anuales, mientras que en nuestro país según una investigación del Cr. G. Garat realizada en el año 1999, se calcula en aproximadamente 900 millones de dólares, tomando en cuanta tanto los costos directos e indirectos de los siniestros viales.

Los principales factores que influyen en éstas luctuosas estadísticas están dados por el factor humano en el 90 % de los casos, el factor vial y ambiental en el 7 %, mientras que el factor mecánico influye en el 3 % de los casos.

El conocimiento de los mismos nos permitirá adaptar medidas para mejorar la conducción y desplazamientos, tomando en cuenta todos éstos factores, sus causas y consecuencias y así recomendar a nuestros pacientes el cuidado de las medidas necesarias para utilizar la vía pública.

Dra. Elizabeth Vázquez
Neuróloga y Experta en
Medicina del Transito