La cirugía estética de genitales externos, tanto masculinos como femeninos, es cada vez más demandada. Las intervenciones para mejorar la estética de los genitales son cada vez más solicitadas tanto por hombres como por mujeres. Habitualmente son operaciones sencillas, rápidas y cuyo principal beneficio es el bienestar psicológico de las personas que se someten a ellas. Pero como no están exentas de riesgos, como cualquier acto quirúrgico, es crucial que las practiquen cirujanos expertos. La información relativa a estas operaciones empieza a fluir y el tabú asociado a ellas va mermando lentamente, dicen los expertos.
Cirugía al alzaEn
los últimos años, aunque no puede hablarse de que haya habido un
crecimiento espectacular de cirugía estética de genitales externos, sí
que se percibe una tendencia progresiva al alza. Cada vez hay más
mujeres y hombres que se informan y se someten a ellas, rompiendo poco
a poco el tabú que se les asocia, explica el cirujano plástico Juan
Monreal, secretario general de la Asociación Española de Cirugía
Estética Plástica (AECEP). Las requieren el mismo número de
hombres y mujeres, aunque ellas suelen quedar más satisfechas con el
resultado. Y, aunque no se han realizado estudios sociológicos sobre el
perfil de pacientes, Monreal afirma que es «muy heterogéneo»: mujeres a
partir de 25 años que ya están en el mundo laboral, tienen cierto poder
económico y a las que les gusta cuidarse; hombres y mujeres maduros que
desean seguir siendo atractivos; varones jovencitos, «algo
traumatizados» con la apariencia de sus genitales; y homosexuales,
aunque no son la mayoría. Razones para operarse
Sector masculino y femenino tienen razones distintas para someterse a
la cirugía de genitales externos (los internos corresponden a otros
profesionales como ginecólogos y urólogos). Las mujeres recurren a este
tipo de intervención no sólo por motivos funcionales (para evitar
molestias más o menos intensas durante las relaciones sexuales) sino
también por higiene o descontento con la apariencia de sus genitales.
Un motivo de queja habitual, a este respecto, es que los labios menores
sobrepasan a los mayores. "El motivo de intervención más habitual en mujeres es el tamaño de los labios menores y el de los hombres el del pene"
Estos situaciones se traducen en un golpe a su autoestima, acompañada
de vergüenza en los encuentros sexuales con su pareja. Por eso, Ramón
Vila-Rovira, cirujano plástico y estético del Instituto Vila-Rovira y
el Centro Médico Teknon de Barcelona, afirma que estas operaciones
también pueden resolver problemas psicológicos de los individuos o de
la pareja. En el caso de los hombres pesa el estigma de hace
décadas según el cual «el tamaño es importante», dice Monreal. La queja
habitual entre el colectivo masculino insatisfecho con su pene es que
no tiene la longitud adecuada y que su diámetro es estrecho. Sobre
ello, Monreal opina que la sociedad actual es muy exigente y que tanto
los anuncios como las conversaciones en círculos de amistades suelen
recordarlo. Esto hace que cualquier persona susceptible llegue a pensar
que su tamaño es inferior a la media cuando, posiblemente, se halla
dentro de la normalidad. Muchas veces estos hombres están casados e,
incluso, han tenido hijos. El complejo, como ocurre con las
mujeres, no les sobreviene con su pareja sino al desvestirse en un
gimnasio, apunta Monreal. Actualmente, se considera que un tamaño de
pene normal se sitúa en torno a los 8 u 8,5 centímetros en situación de
flaccidez y entre los 13 y 14 centímetros durante la erección. Monreal
comenta que, cuando se les informa de ello, muchos varones se asombran
ya que acuden a la consulta médica convencidos de que la medida normal
debe ser mucho mayor. Intervenciones más frecuentes Las
operaciones más frecuentes de los genitales femeninos son la corrección
estética del Monte de Venus, del clítoris (clitoroplastia) y, sobre
todo, de los labios genitales (labioplastia) para que los mayores
oculten a los menores, imitando la zona genital de una adolescente.
¿Por qué? Porque en el 80% de los casos, las mujeres buscan rejuvenecer
el aspecto de sus genitales y recobrar el aspecto del área genital de
una adolescente, según Monreal. Con la misma intención de darle un
aspecto más juvenil en esa zona íntima, también piden el trasplante de
vello en la zona púbica. La cirugía genital femenina se suele realizar
aplicando anestesia local y sedación. "Una opción para agrandar el tamaño del pene consiste en la sección del ligamento suspensorio que lo sujeta al pubis"
En los hombres, además de las intervenciones para agrandar el pene
(faloplastias) y el rejuvenecimiento escrotal y implante de prótesis de
testículos también se corrigen las secuelas de fimosis o de frenillo
corto. El alargamiento y ensanchamiento del pene puede efectuarse a la
vez, con distintos métodos. Una opción es utilizar un aparato extensor
pero que tiene como principal handicap que se debe llevar durante ocho horas al día y que requiere una gran colaboración por parte del paciente.
La otra opción es un tipo de cirugía que consiste en la sección del
ligamento suspensorio que sujeta el pene al pubis. «Como ocurre con las
amígdalas, es una parte del cuerpo humano que puede ser prescindible.
En realidad, no alargamos el pene, sino que liberamos o exteriorizamos
una porción de éste que está dentro del pubis», desvela Monreal. Estas
cirugías de los varones se ejecutan con anestesia epidural (la misma
que se utiliza en los partos). En ciertos casos, se combinan la
aplicación del extensor y la cirugía. Y, en promedio, el pene se
consigue alargar unos 3 centímetros, según Monreal. Cambio de sexo
Además de embellecer genitales femeninos y masculinos, los cirujanos
plásticos también llevan a cabo intervenciones para corregir los
genitales ambiguos y de cambio de sexo. Todas estas cirugías de
reorientación de la identidad sexual se efectúan de acuerdo a rigurosos
protocolos internacionales. En estos casos es necesario
aplicar tanto un tratamiento preparatorio hormonal como psiquiátrico
que se prolonga casi dos años. Ambos tratamientos son imprescindibles
antes de realizar una intervención de cambio de sexo, que puede llegar
a ser irreversible, según información de la Sociedad Española de
Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE). DUDAS ANTE EL QUIRÓFANOEn referencia a la batería de dudas que suelen preocupar al paciente
antes de pasar por el quirófano, la SECPRE recomienda, tanto al hombre
como a la mujer, confeccionar una lista de preguntas para el cirujano
plástico. Según informa esta Sociedad, la duración de estas
intervenciones no es excesivamente prolongada; suelen ser rápidas y
poco agresivas. Debido a sus características, muchas se realizan en
régimen ambulatorio dependiendo de si el paciente reside o no en la
ciudad donde se les opera. La recuperación también suele ser rápida.
Transcurridas las primeras 48 horas, si el paciente tiene un trabajo
sedentario y puede evitar realizar esfuerzos, puede incorporarse a
éste. Uno de sus temores más extendidos entre los pacientes es si la
intervención puede alterar la función de los genitales y de la
sensibilidad erógena. Sobre ello, Carlos Cuesta, cirujano plástico y
estético del Instituto Vila-Rovira y el Centro Médico Teknon, explica
que «en todos los casos lo que prima es respetar la capacidad urinaria.
En lo que respecta a las relaciones sexuales, las alteraciones son
transitorias y poco a poco se va restableciendo la sensibilidad».
No obstante, Monreal admite que, como cualquier intervención
quirúrgica, también tiene riesgos que el paciente debe sopesar: la
infección de las heridas, la aparición de hematomas, el sangrado
excesivo, cicatrización anómala y un resultado estético que no sea el
esperado por el paciente son algunos de ellos. Aunque, practicadas por
manos expertas, pueden minimizarse.
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