Los adolescentes y jóvenes son los
principales cultores de esta modalidad que se impuso desde hace
aproximadamente diez años. Las caídas hacia atrás son las más
frecuentes, aunque también pueden lesionarse los tobillos y las muñecas.
El 21 de junio
comenzó el invierno y los principales centros de ski ya abrieron sus
puertas, dado que recibieron la temporada con nevadas "record".
Si bien entre la gran afluencia de público hay una importante
cantidad de experimentados deportistas también acuden a Bariloche
numerosos principiantes que, con sólo tomar unas clases, deciden hacer
sus primeros pasos en un deporte considerado por muchos como extremo:
el snowboard.
Nacida en 1965 por iniciativa del ingeniero norteamericano Sherman
Poppen, esta disciplina consiste en "surfear" por la nieve mediante la
utilización de una única tabla sujetada a los pies. Corría 1987 cuando
se celebró el primer campeonato mundial de esta disciplina que se llevó
a cabo en Brechenridge, Estados Unidos y en las pistas de Saint Moritz,
Suiza.
A partir de ese momento, y por iniciativa de la Federación
Internacional de Snowboard (WSF, en inglés), este deporte comenzó a
extenderse a otras latitudes convirtiéndose en el preferido de una gran
cantidad de público. El snowboard es más riesgoso que el ski "El
mayor riesgo lo corren los deportistas inexpertos, pues es muy
frecuente ver gente que llega a la pista y el primer día, sin haber
practicado nunca snowboard, pretende tomar clases y ser experto. En esa
circunstancia, el riesgo de caídas y lesiones se incrementa. Por esa
razón, la incidencia de éstas suele ser mayor entre quienes hacen
snowboard que en aquellas personas que practican ski. No obstante, la
ventaja es que el snowboard suele ser el deporte de nieve preferido de
los jóvenes y adolescentes, con lo cual el cuerpo tiene otra
resistencia, y la capacidad física suele ser mayor", explicó Guillermo
Díaz Colodrero, médico especialista en deportología, jefe de
Internación de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
Según datos ofrecidos por los principales centros de ski, se estima
que hay entre tres y cuatro lesiones diarias por cada mil esquiadores.
De éstas, la mitad es leve, es decir golpes, lastimaduras y
contusiones; mientras que los golpes que revisten mayor gravedad varían
según el deporte del que se trate.
"En el ski es muy frecuente ver lesiones en las rodillas, sobre todo
cuando la fijación está muy fuerte, en los pulgares y en los hombros.
En el snowboard, por su parte, lo más común es lastimarse los tobillos,
las muñecas y la cabeza por las caídas hacia atrás. El traumatismo de
cráneo, por ejemplo, es tres veces más frecuente en el snowboard que en
el ski. Por eso es recomendable que quienes hacen este deporte usen
casco", especificó Díaz Colodrero.
Aunque en los últimos años los equipos han mejorado notablemente, su
capacidad protectora aún tiene limitaciones. No obstante, la mayor
facilidad técnica ha incentivado a iniciar la práctica deportiva y les
ha dado a los esquiadores con experiencia una sensación de falsa
seguridad. Esto los lleva a intentar maniobras más riesgosas y a
abordar pistas que están más allá de sus verdaderas capacidades.
"Los equipos evolucionaron notablemente y eso, sumado al mayor
desarrollo de las pistas y al incremento de personal de ayuda, sin
duda, transmite seguridad. Pero el principal problema es que los
deportistas intentan avanzar más de lo que deberían e ir siempre ‘un
poco más allá’. Por ejemplo, si una persona esquía todos los días de la
semana de nueve de la mañana a cinco de la tarde cortando un ratito
para almorzar, lo más probable es que acumule un cansancio físico
importante. En ese contexto, la recomendación de los médicos y los
profesores es evitar las pistas o bajadas más difíciles al final del
día, porque éstas requieren mayor concentración y destreza. Ese
pensamiento debería ser el común denominador entre quienes eligen estos
deportes pero, lamentablemente, en muchos casos no lo es", destacó el
especialista.
Otras cuestiones a tener en cuenta Al momento de planear una visita a las pistas, es importante: - Elegir una que posea una adecuada cantidad de nieve.
- Llevar el equipo adecuado. Botas en buen estado, pantalón y
campera impermeable, ropa de abrigo, gorro y anteojos o antiparras que
ofrezcan una buena protección contra los rayos ultravioletas
- Tomar clases en caso que sea principiante y no bajar por pistas que requieran una mayor destreza
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