En el Uruguay y el mundo en gral., la Enfermedad Traumática se ha visto incrementada por los Siniestros de Tránsito, que se extienden como pandemia a través de todo el planeta, dejando millones de muertos y heridos, muchos de ellos con discapacidades severas, dejando altísimos costos en vidas y costos económicos.
La concientización de la sociedad es fundamental para la búsqueda de soluciones para esta problemática.
Intentamos desde estas líneas ayudar a formar una conciencia vial e
internalizar la noción de riesgo para cuidarnos en el transito.
En el Uruguay los accidentes en general, constituyen la tercera causa
de muerte luego de las enfermedades cardiovasculares y los tumores
malignos. Dentro de los accidentes, la primera causa de muerte son los
siniestros de transito con un 33% del total, por lo tanto constituyen
la primera causa de muerte entre los jóvenes menores de 34 años., con
una media de los años de vida potenciales perdidos (AVPP) son 29 en
cada muerte por dicha causa, siendo este un indicador de muerte
prematura.
La posición que ocupa el Uruguay en las cifras de mortalidad es aun muy
alta, ya que ocupa la franja media de las estadísticas mundiales con
una tasa aprox. de 14 por cada 100.000 habitantes.
En lo que va del año 2007 el Oficina de del Ministerio del Interior
presentó las últimas estadísticas que muestran que los accidentes de
transito aumentaron ya un 18 % en los primeros 5 meses.
El gran problema que acarrean estas estadísticas, es que tenemos un
alto índice de envejecimiento de la población nacional, con un
porcentaje muy elevado de adultos mayores y baja natalidad. Si a esto
le sumamos una gran corriente migratoria de los sectores más jóvenes en
los últimos años, vemos que los pocos que quedan se nos mueren por esta
causa y los adultos mayores cada vez están más proclives a sufrir
accidentes.
Estos datos son imprescindibles para quienes tienen que trazar planes
de reducción de daños, con políticas orientadas a la evitabilidad de
los mismos. Las investigaciones e intervenciones deben de estar
orientadas a la declaración de Problema Prioritario de Salud y
dirigidas a la Prevención hacia la sociedad en general pero orientadas
específicamente a los grupos vulnerables como los menores de 34 años y
los adultos mayores de 60 años.
Dichos decisores deberán tomar en cuenta también, que el parque
automotor sigue creciendo, habiendo un mayor índice de motorización, en
medio de un parque automotor envejecido, sobre todo en el interior,
donde en su mayoría aun no se realizan los controles vehiculares
obligatorios por lo que hay una mayor exposición al riesgo y por ende
mayor siniestralidad.
En los últimos años, la crisis que atraviesa el país como el resto del
tercer mundo, ha llevado a un gran incremento de los ciclistas que
circulan en las vías de comunicación de ciudades y rutas, complicando
aun más las estadísticas de morbimortalidad ya que tienen un riesgo 10
veces mayor de verse incriminados en un caso fatal.
Todos somos actores del transito, cambiamos nuestros roles según seamos
peatones o conductores de vehículos de tracción a sangre o de motor,
por lo que debemos cuidarnos y ser responsables de nuestras vidas y la
de los demás.
Existen leyes que regulan el transito y todos estamos sujetos al estricto cumplimiento de las mismas.
Los siniestros no son producto del azar, son evitables ya que su causa
principal es por errores humanos en el 90 % de los casos, por lo tanto
son prevenibles. Estos se producen por comisión de imprudencia u
omisión en el uso de la vía pública.
El manejar con fatiga, somnolencia
o llevar una temperatura muy elevada o una música muy monótona llevan a
dormirse en el volante con las consecuencias más letales. Por lejos, el
factor más importante que compromete la conducción es hacerlo bajo los
efectos del alcohol u otras drogas, tanto legales como ilegales ya que
aumenta el riesgo de sufrir una colisión proporcionalmente igual al
nivel de ésta en sangre.
La investigación llevada a cabo por el Prof. Dr. Guido Berro de la
Cátedra de Medicina Legal de la Facultad de Medicina de la UDELAR
demostró que en más del 38 % de los accidentes de transito están
involucrados conductores alcoholizados por encima de los 0.80
decigramos/litro, (cifra establecida por ley 16.585 del año 1994). Esta
temática será motivo de una entrega dedicada exclusivamente al alcohol
y conducción. El resto de los involucrados en las lesiones en la vía
pública son peatones, motonetistas y ciclistas, los que están más
expuestos a las lesiones por ser su propio cuerpo el paragolpe de la
colisión.
Al conducir se necesitan tener todos los sentidos en estado de alerta,
a través de ellos se recibe la información necesaria que, una vez
procesada en el cerebro, dará como resultado una conducción segura.
Otras causas que son también tan importantes como la precedente, son el
adelantamiento incorrecto, el exceso de velocidad, no usar el cinturón
de seguridad, el no uso del casco por parte de ciclistas y conductores
de motos, la falta de respeto por las señalizaciones.
En definitiva, el no respetar las reglas de transito, nos expone a un seguro choque.
El stress y la automedicación, también tienen que ser valorados dentro
de los factores que tienen una responsabilidad considerable en la
producción de los mismos ya que incide negativamente entre los actores
del espacio vial.
Existen otras causas que tienen menor incidencia, alrededor del 7 %
pero no menos importante por eso, que son los factores
viales-ambientales. Los viales que debemos considerar pueden estar
dadas por malas condiciones de calles o rutas, falta de señalización o
mala iluminación en algunas zonas.
Dentro de los factores ambientales hay que tomar en cuenta
especialmente la lluvia por el hidroplaneamiento que produce en
conductores inexpertos y sobre todo la niebla que muchas veces es la
responsable de los choques en cadena.
En menor proporción, las causas mecánicas producen el 3 % restante de
las colisiones, aunque los fabricantes se esmeran para que este factor
baje su porcentaje y no fallen piezas fundamentales del motor. La
necesidad del mantenimiento en las mejores condiciones del vehiculo y
de la obligatoriedad de las inspecciones técnico vehiculares extendida
a todo el país ayudará a seguir bajando estas cifras. El mal estado de
los vehículos por descuido a abandono de sus dueños, por falta de
mantenimiento, lleva a que a veces, falle el motor o los frenos y así
producir un grave accidente.
Debemos por lo tanto, lograr la disminución de la morbimortalidad por
esta causa con acciones de promoción, prevención, protección y
recuperación de las víctimas en coordinación con las demás
instituciones gubernamentales y no gubernamentales, cumpliendo con los
compromisos internacionales adquiridos por nuestro país en materia de
Seguridad Vial, desde Alma Ata, Foro de las Américas, Carta de
Cartagena, OMS / OPS; Naciones Unidas, etc.
De esto, se infiere que es un tema interinstitucional ya que es un tema
multifactorial, donde intervienen diferentes organismos para enfrentar
las estrategias contra los accidentes de transito para establecer
planes en materia de seguridad vial.
Dra. Elizabeth Vázquez |