Las mujeres que fuman son más propensas a una menopausia precoz (antes de los 45 años), según concluyó un estudio realizado en Noruega en el que participaron más de dos mil mujeres de entre 59 y 60 años. Las llamadas “grandes fumadoras” duplicaron dicha propensión.
De
acuerdo con la investigación, aquellas mujeres con hábitos arraigados
de consumo de tabaco (que de hecho seguían fumando) mostraron una
propensión 59 por ciento mayor a la menopausia temprana, comparadas con
las no fumadoras.
En
cambio, aquellas que dejaron de fumar por lo menos 10 años antes de la
menopausia mostraron ser mucho menos propensas (87 por ciento) que las
fumadoras actuales.
El equipo dirigido por la Thea F. Mikkelsen, de la Universidad
de Oslo, concluyó que “existe evidencia de que una mujer que fuma a más
edad es más propensa a llegar antes a la menopausia, lo que no
ocurriría en las mujeres que abandonan el hábito a mediana edad”.
Por
lo que toca a las fumadoras pasivas, el estudio advirtió que aspirar el
“humo de segunda mano” también influye en la menopausia adelantada. En
este sentido, los investigadores hallaron que casi el 10 por ciento de
las mujeres había llegado a la menopausia antes de los 45 años.
Alrededor del 25 por ciento de ellas fumaba, el 28.7 por ciento eran ex
fumadoras y el 35.2 por ciento eran fumadoras pasivas.
La
investigación señala también que, comparadas con las mujeres casadas,
las viudas también tendrían alto riesgo de menopausia temprana, al
igual que las mujeres con mala salud. Las mujeres con mayor educación
formal eran menos propensas a ingresar antes a la menopausia, aunque
también solían fumar menos. Una vida social activa también redujo el
riesgo de menopausia precoz.
La
llegada de la menopausia aumenta el riesgo de las mujeres a padecer
osteoporosis y cardiopatía; “cuanto antes una mujer abandone el
cigarrillo, mayor protección tendrá contra la aparición temprana de la
menopausia”, afirmaron los autores del estudio.
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