Producida como consecuencia de la acumulación de agua, sales y otras sustancias que no pueden ser correctamente absorbidas por el sistema linfático, esta condición provoca la deformación de los miembros superiores e inferiores. Si bien hasta el momento la enfermedad no tiene cura, abarcando los diferentes aspectos de su sintomatología, pueden lograrse importantes resultados.
El sistema circulatorio, parte
integral del organismo humano, es el
encargado de llevar la sangre oxigenada a
todas las células del cuerpo. Cuando uno
de los engranajes de este sistema, llamado
de seguridad o linfático, funciona mal, la
capacidad del organismo para absorber
determinadas sustancias y dejar que otras
retomen su curso, se ve afectada.
Como consecuencia de esta falla, se
produce la acumulación de agua, sales,
proteínas y otras sustancias que generan
un aumento de volumen progresivo y
evolutivo de las extremidades inferiores y
superiores. Esta enfermedad que recibe el
nombre de linfedema crónico se desarrolla
tanto en mujeres como en hombres.
"El linfedema crónico es una enfermedad
fácil de diagnosticar, difícil de tratar e
imposible de curar. No obstante, el
desafío de todo profesional es lograr que
el paciente vuelva a insertarse en la
sociedad, que vuelva a su trabajo y a las
actividades que le dan placer. Para eso,
es necesaria la realización de un
tratamiento integrador e
interdisciplinario en el cual se aborden
todos los aspectos de esta condición",
señaló a Pro-Salud News el
doctor José Luis Ciucci, jefe de la
división Flebología y Linfología del
Hospital Militar Central y director
científico del Programa de Linfedema
Crónico del Sanatorio Diquecito de la
Provincia de Córdoba, primer centro
continental en brindar un tratamiento
terapéutico integrador.
Engranajes del tratamiento
"La importancia del enfoque
multidisciplinario radica en la necesidad
de abarcar también el aspecto físico y
psicológico de la enfermedad. Debemos
tener en cuenta que las complicaciones
asociadas a esta condición son numerosas
y, por esa razón, resulta fundamental la
puesta en práctica de un abordaje que
integre los aspectos físico,
farmacológico, paliativo, dermatológico,
nutricional y psicológico", destacó el
doctor José Luis Díaz Casal,
coordinador general del Programa de
Linfedema de Diquecito.
El primer paso de este tratamiento
consiste en tomar pleno conocimiento de
las condiciones del paciente y su cuadro
que, por lo general, suele ser avanzado.
Una vez realizados todos los exámenes y
cumplimentadas las entrevistas necesarias,
el equipo de profesionales diseñará un
plan a la medida de cada paciente.
Este esquema incluye la realización de
sesiones de drenaje linfático manual,
presoterapia secuencial, elastocompresión
y ejercicios entre dos y tres veces por
día. Cada instancia de los 15 días de
tratamiento "shock" recomendado está
coordinada por un profesional para lograr
los mejores resultados.
"La intención no es lograr sólo la
disminución del volumen de las
extremidades, sino devolverle al paciente
su vida. Por eso recomendamos la
realización de este tratamiento de 15 días
en el cual los hombres y mujeres que se
acercan al centro recibirán los
lineamientos para después continuar con el
proceso en sus lugares de origen, con el
médico de cabecera que corresponda.
Convivir con el linfedema crónico es un
aprendizaje en el cual los pacientes
tienen que tomar dimensión de las más
elementales medidas de cuidado y
prevención", indicó el doctor Ciucci,
también director de la Escuela Argentina
de Linfología (EAL).
Características de la enfermedad
Los principales problemas que enfrentan
quienes sufren esta condición son la
disminución de la capacidad funcional e
inmunológica, las modificaciones
morfológicas y el sobrepeso. No obstante,
una parte importante del abordaje de la
enfermedad consiste en la ayuda
psicológica, pues los cambios físicos que
deben soportar los pacientes suelen
sumirlos en el aislamiento y el abandono
de las actividades sociales y laborales.
El linfedema primario, es decir,
aquel que se desarrolla por hipoplasia o
ausencia del sistema linfático, afecta en
general a los miembros inferiores y puede
ser uni o bilateral (aparecer, durante los
primeros años de vida en una o en ambas
piernas).
El linfedema secundario, por su
parte, afecta en general a las personas
mayores, sin antecedentes de patología
linfática y su aparición es consecuencia
de un traumatismo o una cirugía. En las
mujeres obedece, por lo general a
tratamientos post cáncer de mama, mientras
que en los hombres puede ser secundario al
tratamiento de cualquier cáncer genital o
de recto con vaciamiento ganglionar
inguinal. En esas ocasiones, los miembros
afectados suelen ser, respectivamente: el
brazo correspondiente al lado en el cual
se haya extraído la mama, y las piernas.
En la actualidad se calcula que entre 20 y
25 por ciento de las mujeres que han
atravesado una mastectomía padecen
linfedema crónico (o hinchazón crónica),
como consecuencia de la realización de
quimioterapia o radiación.
Algunos consejos
Si bien cada caso es especial y las
medidas de cuidado y prevención deben ser
indicadas por el especialista, hay algunas
recomendaciones generales:
- Seque bien los miembros afectados
después de bañarse o lavarse las manos. Lo
ideal es utilizar una toalla y un secador
de pelo en frío para evitar la acumulación
de agua, por ejemplo, entre los dedos.
- Procure no cortarse pues los edemas
podrían infectarse
- En las mujeres que padecieron cáncer de
mama se recomienda la utilización de
corpiños sin breteles pues éstos favorecen
la presión sobre los nervios
comprometidos.
- Haga ejercicio pues de esa manera es
posible prevenir el sobrepeso y la pérdida
de capacidad física.
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