Es muy frecuente escuchar a los padres con hijos adolescentes decir, que hablar con sus hijos es lo mismo que hablar con las paredes. Cuando consiguen que emitan algún sonido, hablan en monosílabo. Este silencio, en general, pone a los padres los pelos de punta, los descoloca, no saben qué hacer. Los adolescentes, entre las etapas que pasan en su desarrollo, se encuentran con el nacimiento de la intimidad. Para evitar que los padres se desesperen por su silencio, entre otras cosas, es recomendable que sepan qué características tiene éste, y aprendan el aspecto positivo que tiene la búsqueda de la intimidad. Y recién después, sacar las conclusiones de acuerdo a las características del hijo para manejar la situación.

"A medida que el adolescente avanza en la exploración de su mundo interior, siente la necesidad de aislarse", así puede explorarlo, identificar su riqueza. Así nace la intimidad personal. Ésta alude "a lo que hay en la persona de más interior, que es justamente lo más propio de ella, lo más sustancial. Por eso, el nacimiento de la intimidad es el despertar de la capacidad para la vida interior". Si el adolescente logra proyectar su vida desde lo más íntimo de su ser, obrará por motivos más profundos, indica G. Castillo, doctor en Ciencias de la Educación.

El adolescente busca autonomía, centrándose cada vez más en su propia persona y así tiene un mejor conocimiento propio, de su interioridad. Trata de diferenciarse de los demás, y por ello muchas veces, hay roces con todo lo que implique autoridad. En pocas palabras, necesitan aislarse para pensar y reflexionar acerca de quiénes son.

La filósofa, C. Dell Oro, explica que el adolescente se da cuenta que tiene algo dentro y quiere desarrollarlo. Es el momento en que algo nace en él y para descubrirlo necesita estar solo y callado. Todo esto no significa, que no se comunique, sino que no lo hace a través de las palabras. Es decir, el silencio también es una forma de comunicación. Por tanto, los padres deberían desarrollar la habilidad de descifrar qué está pasando. Dell Oro da algunas recomendaciones de gran ayuda para los padres: Tomar conciencia del proceso que está viviendo el adolescente. "Él está en un momento de ajuste, está desconcertado, no se maneja, es torpe", saber esto es vital para no violentarse. Saber estar junto al hijo y acompañarlo. "Esta es la mejor forma de comunicación". Es una tentación dejarlo solo porque se aísla. Tener paciencia, saber esperar.

El papel de los padres en el estudio.

El ser buen estudiante está intrínsecamente relacionado con la mejora personal, según G. Castillo, doctor en Ciencias de la Educación. Los padres lo fomentan al plantearle a los hijos que estudien realizando un trabajo bien hecho por motivos elevados.

Objetivos para ir a un profesor particular.

Se aconseja, como paso previo para acudir a un profesor, identificar el problema de fondo que le impide al niño tener un buen rendimiento. Su rol, es reforzar lo que se aprende en el colegio, brindar herramientas de estudio sin crear lazos de dependencia.

Educar en el uso del dinero.

Es necesario educar a los hijos para que sean poseedores del dinero y no dominados por éste. Que aprendan a considerarlo como un medio y no como un fin. A modo de ejemplo, los padres pueden incentivarlos a ahorrar y ser solidarios con sus ahorros.

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