Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha conseguido determinar la estructura tridimensional de la proteína TOR, llegando a entender por qué "es capaz de inhibir el crecimiento de las células tumorales", lo que permitirá "desarrollar nuevas estrategias que puedan tener un interés terapéutico en el tratamiento de tumores".
Óscar Llorca, del
Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC, aclara que "existen en
la actualidad tres o cuatro compuestos que distintas compañías
farmacéuticas tienen ya en fase III, y probablemente dentro de 3 o 4
años habrá compuestos que trataran algunos tipos de tumores como
sarcomas o tumores de cabeza".
"Nuestro grupo ha
resuelto la estructura tridimensional de la proteína TOR y su
importancia radica en que esta proteína integra toda la información que
tiene la célula sobre su bienestar, sobre los niveles de nutrientes y
energía y en función de eso decide si la célula sigue creciendo o no",
resumió Llorca.
Esta capacidad, que
permite inhibir la actividad tumoral de la célula, surge de la unión de
la proteína TOR con la rapamicina, definida como un metabolito producto
de una bacteria hallada en la isla de Pascua en los años setenta. La
rapamicina desactiva la actividad de TOR y por lo tanto su crecimiento,
aportando ideas sobre su valor antitumoral.
El trabajo, que se
ha desarrollado en colaboración entre el Instituto de Investigación del
Cáncer de Londres y el Centro de Investigaciones Biológicas, ha
obtenido resultado tras "más o menos unos 3 o 4 años", pero no supone
un paso definitivo, puesto que "los saltos en investigación son siempre
pasitos pequeños". "Cada uno aporta una pequeña pieza para resolver un
problema en concreto", añadió.
Por último, el
científico aseguró que "ha habido bastante mejora en los últimos años"
en cuanto a la ayuda de fondos y material ofrecida por las
instituciones, aunque si valoró que "cuantos más recursos" sean con los
que se cuente, todo es más fácil" a la hora de llevar a cabo este tipo
de investigaciones.
|