Aproximadamente el 90% de los cánceres que
aparecen en la boca responden al tipo de carcinoma de células
escamosas. Estos tumores son el resultado de un proceso progresivo de
malignización que comienza con lesiones in situ. Por ello hace tiempo
que los especialistas buscan dar con un método de diagnóstico precoz,
sencillo y eficaz, para identificar y tratar a tiempo este cáncer,
cuando el pronóstico de supervivencia es más favorable. Un kit de
análisis portátil podría cumplir este papel. Se trata de una especie de 'laboratorio en un chip' (o como lo han llamado en inglés, Lab-on-a-Chip) que de momento sólo ha demostrado su eficacia en líneas celulares,
pero que cuenta con el apoyo y la financiación del Instituto Nacional
de Investigación Dental y Craneofacial de EEUU. Esta semana se han dado
a conocer sus primeros resultados en las páginas de una revista
homónima, 'Lab on a Chip'.
Según explican los padres de este dispositivo, algo menor que el
tamaño de una tostadora de pan, hasta ahora los pacientes tenían que
sufrir una incómoda biopsia del tejido de la boca y esperar varios días
para tener los resultados. Sin embargo, el nuevo método es capaz de
arrojar resultados fiables en menos de 10 minutos, lo que permitiría hacer el análisis en el transcurso de una visita ordinaria al dentista.
La prueba está diseñada para medir los niveles de una proteína
denominada EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico). Esta
sustancia está presente en la superficie de todas las células, pero sus
niveles se elevan anómalamente en el caso de las células malignas.
El análisis comienza cepillando suavemente una lesión en la boca,
sospechosa de ser cancerígena, para obtener algunas células que se
sumergen en un fluido. La mezcla se introduce en esta especie de cajetilla que la transporta hacia una cavidad porosa, a modo de tamiz.
Allí esperan unos anticuerpos teñidos de fluorescencia y programados
para unirse al EGFR, de manera que el programa puede leer
automáticamente cuánta cantidad de esta proteína hay en la muestra y
por tanto, si existe o no un carcinoma oral.
El principal autor del artículo, John McDevitt, de la Universidad de
Texas en Austin (EEUU), asegura que aún tardarán meses en hacer la
transición de las líneas celulares a los pacientes de carne y hueso
que, como apuntan en su trabajo, tienen una heterogeneidad mucho mayor
de células en su saliva.
Sin embargo, señala, estas conclusiones sirven como una prueba de principio
de que el sensor es capaz de detectar la sobreexpresión de EGFR en una
décima parte del tiempo que actualmente necesitan las técnicas
tradicionales. "Como herramienta clínica", concluye, "puede cumplir
varias funciones en el diagnóstico del cáncer; bien como método de
detección de lesiones premalignas en la boca, o bien como un
complemento de la patología".
El cáncer oral afecta cada año a unas 350.000 personas en todo el mundo,
especialmente en Europa y en los países en desarrollo, donde se refleja
la elevada presencia de sus dos principales factores de riesgo: alcohol
y tabaco. Más allá de la prevención, reconocen los investigadores, la
detección precoz debería ser la mejor manera de reducir las cifras de
este tumor, el sexto más frecuente en todo el mundo.
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |