La salud se refleja en
la báscula. No es para menos: más de la mitad de la población adulta y
uno de cada cuatro niños sufren problemas de obesidad o sobrepeso en
España, según los datos que ofreció ayer en La Granda Félix Lobo Aleu,
director general de Alimentación del Ministerio de Sanidad y Consumo.
Los ancianos, el tercer grupo de población al que se refirió Lobo,
también sufren sobrepeso, si bien es más frecuente que a partir de los
60 años las mujeres sean más obesas que los hombres, al contrario que
en la infancia y en la edad adulta.
El economista y experto
en temas de salud añadió a estas cifras que la obesidad, que ya absorbe
el 5 por ciento del gasto sanitario, es un problema que aumentará «de
manera importante» durante la próxima década. «Parece indudable que
esta evolución es imparable», matizó Félix Lobo, quien destacó que su
propósito es hacer una encuesta nacional sobre nutrición cada cinco
años para conocer a ciencia cierta el número de personas que sufren
obesidad o sobrepeso.
A falta de esa estadística, Lobo hizo alusión durante su
ponencia en La Granda a diferentes estudios elaborados en los últimos
años sobre la obesidad o el sobrepeso. Entre las cifras que ofreció
destaca, según el economista, que 3,7 años perdidos de vida se deben a
la obesidad y 1,4 a la falta de actividad física. Además, incidió Lobo,
la obesidad es el origen de tres problemas «serios» relacionados con la
salud: desequilibrios hormonales que generalmente dan lugar a tumores
(como el cáncer de mama), aumento de ácidos grasos libres que provocan,
entre otras cosas, resistencia a la insulina y estrés asociado a la
obesidad. «La diabetes tipo II, generalmente asociada a la edad adulta,
cada vez se diagnostica más en jóvenes que sufren sobrepeso», recalcó
ayer el director general de Alimentación. Pero ¿por qué aumentan de peso las personas? Félix Lobo explicó
que una de las principales causas del sobrepeso es la disminución del
gasto energético, a lo que añadió una interpretación económica. «En la
sociedad actual el precio de las calorías adquiridas ha disminuido. A
su vez, el coste de disminuir las calorías es cada vez mayor cuanto más
crece la renta», añadió.
Para referirse al gasto energético, el experto ofreció un ejemplo.
En 1950 la gente hacía la compra sin carro, segaba sin máquina, lavaba
sin lavadora y conducía vehículos sin dirección asistida. «Entonces se
consumían 1.750 calorías por persona. Ahora consumimos unas 650»,
añadió Félix Lobo, quien concluyó su ponencia con un dato «peligroso».
«Cada persona pasa cuatro horas delante de la televisión», sentenció.
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