Dr. Antonio Turnes para DiarioSalud.Net
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martes, 14 de agosto de 2007 |
La semana pasada tuvimos ocasión de compartir una reunión con los colegas de Paysandú, por temas vinculados a las reclamaciones contra el sistema de salud. Allí nos impusieron de las dramáticas condiciones que se vive en aquel Departamento, donde en el Hospital público, que ha sido noticia hace pocas semanas por indagatorias judiciales, atraviesa difíciles momentos. Una lista de espera de 900 pacientes para cirugía de coordinación, falta de múltiples elementos indispensables para el diagnóstico y tratamiento, y muchos detalles que sería largo enumerar.
Los colegas, que ya están habituados a recibir reclamos, porque hay allí una entidad denominada “Salud y Justicia” que hace una campaña sistemática en contra por casos de supuesta malapraxis, están sufriendo ahora agresión física.
Un médico intensivista fue agredido por el familiar de un paciente, con un fuerte puñetazo en un ojo donde antes había padecido un desprendimiento de retina. Trámites y denuncias penales a un lado, algo está sucediendo en el sistema público (y tal vez en el privado) de salud, en ese y otros puntos del país, que debería atenderse con esmero y prontitud. Los colegas no tienen que pasar por estas penosas circunstancias.
En España, no hace mucho tiempo, según informó el Diario Médico (de aquel país) el 16.11.2006, la Justicia determinó que: “Las agresiones a médicos se calificarán como atentado"
Una instrucción del fiscal jefe del TSJC pide a los fiscales del tribunal que persigan como delito de atentado contra funcionario público las agresiones cometidas contra los profesionales de la sanidad pública.
El fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, ha conminado a los fiscales del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a perseguir como delito de atentado contra funcionario público las agresiones a los profesionales de la sanidad pública y de la enseñanza pública que sean agredidos en el ejercicio de sus funciones.
En una instrucción interna, el fiscal jefe ha pedido que se aplique la protección penal prevista en el artículo 550 del Código Penal, que regula este delito. El siguiente precepto establece penas de prisión de uno a tres años para los atentados contra funcionarios públicos.”
Por su parte son claras y preceptivas las disposiciones del Código de Ética que establece LOS DERECHOS DE LOS MÉDICOS:
- “Art. 29: El médico tiene derecho a ejercer su profesión con autonomía e independencia, sea en el ámbito público o privado.
- “Art. 30: Todo médico tiene derecho a no ser coaccionado por motivos económicos o ideológicos, a ejercer su profesión de manera indigna para su ciencia y su arte.
- “Art. 31: El médico tiene derecho a disponer de instalaciones dignas para él y para la atención de sus pacientes, así como de los medios técnicos suficientes en su lugar de trabajo.
- Art. 36: El médico tiene derecho a recurrir a la huelga como último recurso de reivindicación. Una huelga médica será éticamente justificable cuando se avise a la sociedad con antelación suficiente, y se asegure la asistencia a los pacientes internados, y a los casos urgentes e inaplazables. El médico debe cumplir con las reglamentaciones específicas que el SMU (o la FEMI) establezca para casos de huelga. Es requisito imprescindible que quienes juzguen los casos urgentes o inaplazables sean exclusivamente los propios médicos.”
Las autoridades de salud deberían tomar cartas en el asunto. Ahora tenemos ya aprobada la Ley de Descentralización de ASSE. Y aunque la ley otorga un plazo de seis meses para dictar el Reglamento General, y todavía sus autoridades definitivas no se integrarán plenamente, estos hechos deben abordarse ya. Y no dejarse para mañana. Porque tal vez, cuando se intente remediar, lleguemos demasiado tarde.
Hace ya muchos años, en la década del 40, un médico que se llamó Francisco Nicola Reyes recibió un balazo que lo dejó parapléjico para el resto de su vida, de un padre indignado al conocer un diagnóstico fatal de su hijo, en el Hospital Pereira Rossell. Eran otros tiempos. Ahora no sólo los colegas deben ir a los juzgados civiles y penales, sino que también padecer estos hechos indignantes. Por eso, actuar con precisión y prontitud es la consigna de la hora. Y recordar que, como dijo en “El Principito” Antoine de Saint Exupery, “lo esencial es invisible a los ojos”.
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