"La comunidad internacional suele quedarse contenta con sus promesas en
lugar de controlar si han llegado los resultados esperados", afirmó el director general de MSF-España, Rafael Vilasanjuán, durante la
presentación de la Memoria Internacional de Acividades en 2005 de la
organización Médicos Sin Fronteras.
La organización lamenta que el sida, la tuberculosis, la malaria, la enfermedad
del sueño, el chagas o el kala azar, maten cada día a 35.000 personas en el mundo.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras denuncia el "desinterés" de los donantes, de las estrategias de investigación y desarrollo (I+D) y de las políticas públicas de salud por erradicar enfermedades endémicas y letales. MSF estima el gasto mundial en alrededor de 500 millones de euros (el 10 por ciento aproximado corresponde a España) para el trabajo que sobre el terreno efectúan en más de 70 países sus más de 24.000 empleados.
Como ejemplo del desinterés internacional, Vilasanjuán llamó la atención sobre el problema de la tuberculosis, y sobre todo de la infección combinada de esta enfermedad con el sida. Según MSF, se estima que 12 millones de personas están "coinfectadas" por esta doble epidemia en el mundo, dos tercios de las cuales viven en África Subsahariana.
Pese a ello, sólo un millón de personas reciben tratamiento contra el sida, cuando la Organización Mundial de la Salud se había planteado alcanzar los tres millones de pacientes en 2005. El año pasado terminó en cambio, con más de tres millones de fallecidos y cinco millones de contagios.
En cuanto a la tuberculosis, que afecta a un tercio de la población mundial y provoca dos millones de muertes al año, se siguen utilizando métodos de diagnóstico que tienen 120 años y que en los países en desarrollo sólo permiten detectar la mitad de los casos que necesitan tratamiento, son poco efectivos con los enfermos de sida, y no sirven para los niños.
"Los tests de diagóstico son de 1886, cuando la tuberculosis afectaba a Europa", declaró Vilasanjuán. "Desde entonces no ha habido una evolución de la enfermedad en occidente, ya no afecta a los países occidentales; no hay mercado y, por tanto, no hay investigación", añadió. Un ejemplo de ello es que los actuales tratamientos fueron descubiertos hace medio siglo y desde entonces apenas ha habido nuevas investigaciones.
Enfermedades olvidadas
Estas carencias son particularmente evidentes en el caso de las llamadas "enfermedades olvidadas", como el chagas, el kala azar o la enfermedad del sueño, ausentes del actual modelo mundial de I+D a pesar del enorme balance de víctimas que se cobran. "No hay investigación fuera del mercado", insistió Vilasanjuán. Sólo el chagas (o tripanosomiasis americana) mata a 50.000 personas cada año. Sin embargo, en los últimos 30 años, sólo un 1,3 por ciento de los nuevos fármacos desarrollados han ido destinados a estas enfermedades que afectan a los más pobres.
Ante este panorama, y en vista de que los organismos públicos no están asumiendo sus responsabilidades, ni políticas ni financieras, son las organizaciones sin ánimo de lucro, como la propia MSF, quienes acaban financiando estas investigaciones. Al respecto, según Vilasanjuán, el 85 por ciento de las investigaciones está financiado por este tipo de organizaciones y sólo el 15 por ciento por los poderes públicos.
Otra enfermedad en la que MSF ha incidido en los últimos tiempos es la malaria, una enfermedad que cada año contraen entre 300 y 500 millones de personas en el mundo y que causa nueve millones de muertes anuales, el 90 por ciento niños africanos menores de cinco años. Según Vilasanjuán, MSF se centró en 2005 en el desarrollo de una nueva terapia combinada con artemisinina (TCA), que sólo dura tres días, que cuesta sólo 0,60 dólares para niños y dos dólares para adultos y que ha resultado eficaz (con una reducción en un 75 por ciento de la mortalidad en un solo año) en un país de alta incidencia, como Angola.
Gripe aviaria
La organización también advirtió de las "consecuencias dramáticas" que sobre el continente africano podría tener la gripe aviaria, sobre todo debido a la precariedad de los servicios sanitarios, y advirtió de la necesidad de determinar hasta qué punto son eficaces los actuales medicamentos. "En todo caso, si no hay mutación es poco factible que haya medicamentos suficientemente adaptados, como vacunas", precisó el director general.
Inmigrantes en España
La 'Memoria Internacional' llama también la atención sobre el más de un millón de indocumentados que llegan cada año a España a través de las Islas Canarias, de Ceuta o de Melilla. En este sentido, alerta de que los centros de acogida se ven "desbordados", por lo que "no dan respuesta a las desesperadas necesidades de los recién llegados", frecuentemente "exhaustos y enfermos" y necesitados de "atención médica, cobijo, alimentos y agua".
En esta materia, MSF presta atención médica a los inmigrantes llegados a España, en especial en Fuerteventura y Ceuta. Asimismo, MSF inició a finales de 2004 un proyecto para promover el acceso de los inmigrantes indocumentados a los servicios de salud de Carabanchel y Villaverde, en Madrid.
Aparte, Médicos Sin Fronteras ha recogido y documentado testimonios personales directos para "presionar al Gobierno a asumir sus responsabilidades con este colectivo", según indica el informe. En todo csao, el informe de la la organización valora las medidas anunciadas por el Ejecutivo en octubre de 2004 para legalizar a cientos de miles de inmigrantes sin papeles. Países olvidados por el compromiso humanitario
En este sentido, 2005 fue un año de "contrastes" entre el gran compromiso internacional con los países del sureste asiático afectados por el 'tsunami' y las situaciones olvidades en muchos otros lugares del mundo en los que se necesita un mayor compromiso humanitario por parte de las agencias internacionales y los países donantes, según Vilasanjuán, como revelen los casos de países como la República Democrática del Congo (RDC), Níger, Sudán, Somalia o Colombia.
En este sentido, Vilasanjuán alertó de que los programas de ayuda oficial a la RDC "se orientan cada vez más hacia el desarrollo", con ayudas a medio plazo y más determinadas por criterios políticos, en detrimento de las medidas de emergencia, que siguen siendo necesarias para las miles de personas que sufren la violencia en Ituri, los Kivus (este) y Katanga (sur). En este país, si el umbral de emergencia manejado por MSF es de dos muertos por cada 10.000 habitantes al día, el balance es de 4'5, e incluso 6 en el caso de los niños, añadió.
Aparte, MSF invirtió en 2005 una sexta parte de sus recursos para ayudar a las víctimas del conflicto armado de Darfur, en el oeste de Sudán, donde los 200.000 muertos registrados desde 2003 permiten comparar este desastre con el 'tsunami' asiático, según Vilasanjuán. En esta región, la ayuda internacional está siendo "absolutamente insuficiente".
Es también el caso de Níger, un país que aunque no padece ningún conflicto armado sí sufre una grave crisis nutricional, pese a la cual la comunidad internacional decidió suspender la distribución gratuita de alimentos para garantizar la estabilidad del mercado. En respuesta a ello, Médicos Sin Fronteras optó por "desobeceder" la decisión y hacer llegar alimentos gratuitos al país para atender en 2005 a 60.000 niños con desnutrición grave "que en otro caso hubieran muerto de hambre". |