Los kilos de más, especialmente en la barriga, son un buen medidor del riesgo creciente de un problema cardiovascular, mejores aún que la pesa del baño, reveló hoy la revista "Journal of the American College of Cardiology". Según científicos del Centro Médico de la Universidad Texas Southwestern, aun cuando el peso de una persona sea normal los kilos de más en la barriga reflejan un mayor riesgo de acumulación de placas en las arterias y en el corazón. El estudio señala que cuando se trata de enfermedades
cardiovasculares no tiene mayor objeto combatirlas con la reducción de
masa corporal en otros sectores, incluyendo la celulitis.
La clave está siempre en las dimensiones de la barriga y eso es lo que debería preocupar a la gente, dicen los científicos. "Se
trata de una batalla diaria, una batalla en cada comida, pero que vale
la pena librar. Aunque sea una pequeña barriga, esta representa un
riesgo mayor en comparación con una zona estomacal totalmente lisa",
señala James Lemos, profesor de medicina y director de la Unidad de
Cuidados Coronarios de la universidad. El estudio analizó a un
grupo de 2.744 personas sometidas a pruebas para detectar la presencia
en las arterias de placas que son las señales básicas de un mayor
riesgo de problemas cardiovasculares. El depósito de placas en
las venas indica el comienzo de una ateroesclerosis o endurecimiento de
las arterias. Su presencia se puede detectar años antes de que una
persona experimente dolores torácicos o un ataque al corazón. Los
científicos descubrieron que la posibilidad de encontrar calcio en las
arterias del corazón aumentaba en proporción directa con el mayor
diámetro de la cintura. Además, cuando dividieron a los
participantes en cinco grupos de acuerdo al tamaño de su cintura, los
científicos descubrieron que en los de mayor diámetro en la zona media
de su cuerpo, el peligro de tener depósitos de calcio en las arterias
coronarias se duplicaba. Los científicos indicaron que la
relación entre placa arterial y diámetro de la barriga fue considerable
aun cuando se tomaron en cuenta otros factores de riesgo como la
presión sanguínea, la diabetes, la edad, el consumo de tabaco y los
niveles de colesterol malo en la sangre.
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