Más del 70% de las jóvenes menores de 20 años que
abortaron en España en la última década no habían pasado por centros o
servicios de salud para el uso o control de métodos anticonceptivos en
los dos años anteriores al aborto.
Según explican las investigadoras del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Margarita Delgado y
Laura Barrios en el estudio 'Determinantes sociales de la interrupción
del embarazo en España', en 1991, de las 5.441 adolescentes que
abortaron, el 73 por ciento de éstas no había accedido antes a tales
servicios, considerados la puerta de entrada a la salud reproductiva.
En
los diez años siguientes, el número de abortos aumentó -a excepción de
en 1997-, y la tasa anual de quienes no habían acudido a los centros de
salud previamente no bajó nunca del 70% y llegó incluso a ser del 76,6
en 1993, según este informe, publicado por el Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS).
El último dato de
la serie, correspondiente a 2001, refleja que el 70,9 de estas jóvenes
-9.918 abortaron entonces, según el ministerio de Sanidad y Consumo- no
había consultado en centros sanitarios sobre el uso de anticonceptivos.
El
Observatorio de Salud de la Mujer (OSM), del Ministerio de Sanidad y
Consumo, indica en el último trabajo sociológico que ha elaborado sobre
el aborto en España que existe un 'gran alejamiento' de las jóvenes que
interrumpen voluntariamente su embarazo y los servicios sanitarios, a
la vez que 'se han ido relajando' los esfuerzos institucionales en
ámbitos como la prevención del sida.
En
España, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el
número de embarazos entre mujeres menores de 20 años ascendió a 25.914
en 2005, es decir, alrededor de 7.400 más que en 1997, fecha a partir
de la que ha comenzado a aumentar sin cesar su número.
En
declaraciones a EFE, la ginecóloga en el Ayuntamiento de Madrid Isabel
Serrano vinculó el incremento a que las medidas de protección 'se están
relajando' y, en especial, a que se están reduciendo tanto el 'énfasis'
en la necesidad de educación sexual como el 'miedo' a las enfermedades
de transmisión sexual.
Serrano, miembro
de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), apuntó que
el principal problema para quienes desean seguir adelante con el
embarazo a una edad 'tan temprana' consiste en 'no sopesar bien las
dificultades reales' que conlleva su decisión.
Como
se desprende de su libro 'Sexo con sentido', las situaciones por las
que una 'hija' se convierte en 'madre' suelen derivar del fallo o mal
uso de los métodos anticonceptivos, de las presiones de la pareja o la
familia, de determinadas etnias o culturas que sobrevaloran el embarazo
a esas edades, de la violencia sexual e, incluso, de los llamados
'motivos ocultos'.
En ese epígrafe,
Serrano incluye motivos 'no explícitos' como, por ejemplo, el deseo de
'fastidiar' a los padres, 'tener' a alguien que las quiera, 'recuperar'
una relación de pareja o 'mejorar' una situación social precaria como,
por ejemplo, acceder al permiso de residencia en el caso de las madres
extranjeras.
La doctora abogó por
'cambiar los comportamientos de riesgo' mejorando la educación sexual,
aumentando la capacidad para decidir cuándo mantener o no relaciones
sexuales con penetración, facilitando métodos anticonceptivos baratos y
seguros, además de centros donde consultar 'dudas y temores'.
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