El ser humano promedio es más microbio que
mamífero, un verdadero superorganismo que comprende 10 veces más
células microbianas que humanas. Se piensa que el número total de genes
microbianos en nuestro cuerpo excede el de genes humanos en una
proporción de 1000 a 1. Con tantos parásitos uno puede afrontar el
desparramar unos cuantos, pero estaría en problemas si no tuviera
ninguno. De hecho, uno no sería humano, una paradoja que los
científicos tratan de dilucidar.
El único momento en que estamos libres de ellos es durante los 9 meses
que pasamos dentro del vientre materno. Luego, somos lanzados al mundo
de los gérmenes.
Pero una vez que los más fuertes han reclamado su lugar, las
condiciones favorables que propician abren la puerta a sucesivas
oleadas de migrantes, provenientes de otras personas, de los animales,
de la casa; en realidad, de todo lo que el bebe toca y no es estéril.
Dentro de los primeros años de vida, los niños adquieren una
colonia microbiana estable en todas las partes del cuerpo, excepto en
el cerebro, los riñones, la sangre y los pulmones. Luego, microbios y
anfitrión coexisten por el resto de sus vidas.
Sin embargo, nuestras colonias estables no son meros
pasajeros. Dependemos de ellas para sobrevivir. Los microbios normales
-que incluyen virus, hongos, protozoos y bacterias- nos brindan un
escudo contra gérmenes más desagradables, que están en el ambiente. Y,
más aún, sin nuestros microbios normales no podríamos realizar muchas
funciones corporales.
Sin embargo, si se perturba la armonía natural, nuestros
microbios aparentemente benignos pueden enfermarnos. Por eso los
científicos quieren saber exactamente qué hay allí y cómo nuestros
huéspedes microbianos interactúan entre ellos y con nosotros.
Hasta hace poco, nuestro conocimiento era limitado, en parte
porque sólo era posible identificar los microbios que podían ser
cultivados en laboratorio, un mero 1 o 2 por ciento del total.
Sin embargo, en años recientes se ha visto una explosión de
conocimiento acerca de los habitantes microbianos de algunas partes de
nuestro cuerpo, posible gracias a las nuevas herramientas de la
biología molecular. Los microbiólogos pueden analizar hoy los genomas
de comunidades microbianas enteras al cortar sus ADN en pequeñas
partículas y realizar secuencias de esos fragmentos, para luego
conectar las piezas como si reordenaran un rompecabezas.
Hoy, esta área, conocida como metagenómica, está lista para
despegar. Los Institutos Nacionales de Salud, de los Estados Unidos,
aprobaron un plan de cinco años para investigar el microbioma humano,
que es el contenido total microbiano del cuerpo humano.
Estos microbios han evolucionado dentro de nosotros a través
de milenios. En los bordes, sin embargo, hay un flujo que cambia
constantemente en respuesta a las condiciones ambientales. Como
resultado de ello, los científicos están arribando a la idea de que hay
una continuidad entre nuestros microbios internos y los que habitan en
el mundo exterior.
Con este cambio de visión se llega a la conclusión de que
podría ser posible manipular el microbioma humano para mejorar nuestra
salud. El yogur probiótico que contiene bacterias vivas es sólo el
comienzo; hay proyectos que incluyen a las bacterias que producen
caries y microbios que ayudan a perder peso.
Otra idea es que la huella microbiana de cada persona provee
un registro histórico que puede ser utilizado para señalar el origen de
nuestros antiguos ancestros. Y cómo la composición total del microbioma
humano rastrea nuestra evolución conjunta con sus microbios refleja
también los cambios que hemos tenido en nuestra manera de vivir.
Desde el comienzo del siglo XX, y más notablemente desde la
introducción de los antibióticos, nuestro microbioma ha estado
cambiando más rápido que nunca. Si esto finalmente es bueno o malo para
la salud humana, lo dirá sólo una mejor comprensión del microbioma
humano.
El zoológico cutáneo
Uno de los objetos de estudio es la piel, que comprende
seis o siete hábitats diferentes, desde los espacios húmedos entre los
dedos del pie hasta la parte externa de la oreja. "No hay que
asombrarse de que sea un verdadero zoológico", asegura Martin Blaser,
de la Universidad de Nueva York. En febrero, Blaser publicó el informe
más completo sobre la piel que jamás se haya realizado.
Aun así, sólo observó una pequeña superficie del antebrazo,
donde encontró 240 especies en seis voluntarios sanos mediante una
técnica que identifica diferentes microbios sobre la base de
comparaciones genéticas. Al incrementar su muestra a 12 personas,
Blaser contabilizó 360 especies.
También descubrieron que no hay dos individuos con el mismo
componente microbiano y que éste hasta cambia con el paso del tiempo en
cada persona, pero todos comparten un núcleo o andamio bacteriano. Dado
que la piel es el límite entre uno y el mundo exterior, es poco
sorprendente que su comunidad microbiana sea tan variable. El
equilibrio es extremadamente sensible a fluctuaciones ambientales y
cambia cada vez que uno toma una ducha o hasta cuando se usa una nueva
marca de jabón.
A pesar de que una gran variedad de microbios puede vivir en
la piel sin causar ningún daño, no siempre son benignos. Estas
bacterias pueden producir infecciones si penetran en la sangre, dice
Mike Wilson, microbiólogo del University College de Londres.
Pero ninguno es tan frecuente como el Acné propionibacterium
, una bacteria anaeróbica que se alberga en las glándulas y poros
pobres en oxígeno y que causa el acné. Este microbio también ofrece una
saludable lección a cualquiera que desee manipular la colonia
microbiana de la piel.
Durante más de tres décadas, el acné ha sido tratado con
antibióticos. En 2002, investigadores de la Universidad de Leeds
encontraron que en la década pasada hubo casi el doble de pacientes
cuyas cepas eran resistentes a los antibióticos usados para tratarlo.
Peor aún, dice Wilson, otros microbios cutáneos están adquiriendo
resistencia.
"Estudios recientes han demostrado que las gargantas de los
individuos con acné tratados con tetraciclinas se colonizaron con
bacterias resistentes que son responsables de enfermedades que pueden
ser mortales."
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