La infección por adenavirus-36, un causante muy conocido de infecciones respiratorias y oculares en humanos, transforma las células madre adultas del tejido graso en células adiposas. Las conclusiones de la investigación se han hecho públicas en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Química que se está celebrando en Boston.
El trabajo, realizado por investigadores
de la Universidad de Louisiana, en Estados Unidos, ha identificado genes
específicos en el virus que le permiten desarrollar su papel promotor de la
obesidad. Estos hallazgos podrían llevar a ofrecer medicación antiviral a
determinadas personas con sobrepeso en el futuro.
“No creemos que el virus sea la única
causa que produce obesidad”, ha afirmado Magdalena Pasarica, una de las autoras
del trabajo, “sin embargo, existe evidencia clara que en algunos casos de
obesidad está envuelta la infección vírica. No todas las personas obesas son
portadoras de adenovirus; sin embargo, sí conocemos que en algunos pacientes
influye y, si los descubrimos, podrán recibir un tratamiento adecuado”.
Pasarica es miembro del equipo de Nikhil
Dhurandhar, profesor asociado del Centro Pennington de Investigación Biomédica,
que fue el primero en asociar un virus con la aparición de obesidad. Los
investigadores creen que el 30 por ciento de las personas obesas están
infectados con el adenovirus-36, una cifra muy superior al 11 por ciento de
portadores entre la población no obesa.
En este trabajo el equipo de Pasarica
obtuvo células madre de la grasa de un gran grupo de pacientes que fueron
sometidos a una liposucción. La mitad de estas células fueron expuestas a la
infección por Adenovirus-36 y la otra mitad no.
Después de una semana de crecimiento en
cultivo celular, la mayoría de las células madre infectadas se convirtieron en
células grasas, mientras que no paso lo mismo con las células madre no
infectadas.
“El mecanismo exacto por el que se
produce este hecho no se conoce específicamente”, afirma Pasarica, que no ha
descartado que otros virus que afectan a los humanos puedan estar relacionados
con la obesidad. A partir de ahora, el equipo estadounidense comenzará a
estudiar los factores que predisponen a las personas portadoras del virus a
desarrollar obesidad, mientras que en otras personas no sucede este hecho.
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