Las mujeres que consumen gran cantidad de cereales integrales tendrían poco riesgo de desarrollar hipertensión, indicó un estudio.
Investigadores hallaron que las mujeres de mediana edad y mayores que comían la más alta cantidad de cereales integrales eran menos propensas que las que ingerían menor nivel a desarrollar hipertensión en los siguientes 10 años.
El beneficio era leve. Las mujeres que consumían la
cantidad más alta de cereales integrales tenían un 11 por
ciento menos de riesgo de hipertensión que aquellas que
ingerían la cantidad más baja de granos.
Pero los resultados se suman a la evidencia de los
beneficios cardiovasculares de los cereales integrales, como la
avena, el salvado y el arroz integral.
Estudios previos relacionaron las dietas ricas en esos
alimentos con bajo riesgo de enfermedad cardíaca y accidente
cerebrovascular.
La fibra y otros nutrientes en los cereales integrales
ayudarían a reducir el colesterol, el azúcar en sangre y los
niveles de insulina, como así también a mejorar el
funcionamiento de las arterias y reducir la inflamación en el
sistema circulatorio.
Sin embargo, se desconoce si los cereales integrales
benefician la presión arterial.
En el nuevo estudio, investigadores de la Harvard
University en Boston, usaron datos del Estudio de Salud en
mujeres, que es un seguimiento a unas 40.000 enfermeras
estadounidenses desde 1992.
Tras ingresar al estudio, las mujeres respondieron
cuestionarios detallados sobre sus hábitos alimentarios,
incluido el consumo habitual de alimentos con cereales
integrales como el pan negro, la avena y los cereales para el
desayuno.
De las casi 30.000 mujeres sin hipertensión al inicio del
estudio, aquellas que consumían la mayor cantidad de cereales
integrales tenían menos riesgo de desarrollar la enfermedad. El
efecto protector aparente se mantuvo tras considerar otros
factores como el peso, el tabaquismo y los hábitos físicos.
En cambio, los cereales refinados como las pastas, el pan
blanco y otros alimentos con harina blanca, no modificaron el
riesgo de hipertensión, según el equipo dirigido por el doctor
Lu Wang.
A diferencia de los cereales integrales, a los granos
refinados se les quita el salvado y el germen ricos en fibra y
nutrientes. Esta diferencia explicaría por qué sólo los granos
integrales disminuyeron la presión arterial, indicó el equipo.
Los resultados, concluyeron los autores, sugieren que las
personas beneficiarían sus niveles de presión arterial y salud
cardíaca si reemplazan los alimentos ricos en cereales
refinados con granos integrales.
FUENTE: American Journal of Clinical Nutrition, agosto del
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