Un nuevo procedimiento, a temperatura bajo cero, permite curar sin anestesia general aquellas alteraciones del ritmo cardíaco –arritmias– que se producen en lugares críticos dentro del corazón, como en las proximidades del ingreso de las venas pulmonares o en el seno coronario.
La intervención ya fue probada con éxito en Estados Unidos, Europa,
Canadá y Australia. Este mes, el electrocardiograma de dos jóvenes
deportistas, hecho una hora después de que cada uno saliera del
quirófano del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT),
confirmó el éxito de los dos primeros tratamientos con catéter a -80°C
que tienen lugar en América del Sur.
"De todas las arritmias por tratar con catéter, la crioablación está
justificada en alrededor del 5 al 10% de los casos. En el resto se
puede seguir usando la radiofrecuencia [que utiliza calor] con notable
seguridad y eficacia", afirmó el doctor Jorge González Zuelgaray, jefe
del Servicio de Electrofisiología, Arritmias y Marcapasos del IADT.
Hoy, el tratamiento de las arritmias mediante el uso de un catéter por
las venas o arterias hasta llegar al corazón reemplazó casi por
completo la cirugía, menos en los pacientes con fibrilación auricular
que además tienen un problema valvular o coronario. Ahora, el uso del
frío le suma más ventajas al ya poco invasivo tratamiento con catéter:
la posibilidad de revertir el efecto durante la intervención, y la
ausencia de riesgo de "quemar" tejido cardíaco de más.
Mientras que el calor produce una lesión reversible en el tejido sólo
cuando la temperatura está entre los 30 y los 51°C, la lesión se vuelve
irreversible cuando se superan los 45 a 50°C. Por lo tanto, "esto
indica una pequeña ventana de seguridad del procedimiento, lo que hace
muy difícil revertir con la radiofrecuencia un daño no deseado",
comentó González Zuelgaray.
En cambio, el frío proporciona una primera etapa en la que la lesión es
reversible (entre los -20 a -30°C), mientras que recién se vuelve
irreversible cuando la temperatura supera los -60 y 70°C. "Al existir
una diferencia mayor entre ambos rangos de temperatura, aumenta la
seguridad de la intervención", agregó el experto, que también es
miembro del American College of Cardiology y de la Heart Rhythm Society
.
Otras ventajas del uso del criocatéter son evitar el uso de un
marcapasos para tratar los ritmos rápidos malignos (taquiarritmias) y
reducir el gasto en salud. "Un marcapasos cuesta entre 6000 y 8000
pesos, y hay que reemplazarlo cada cinco o seis años cuando el paciente
lo usa todo el tiempo. La crioablación cuesta unos 15.000 pesos, por lo
tanto, en diez años se recupera el gasto. Hay que considerar que es más
grave y menos deseado tener implantado un marcapasos que pudo haberse
evitado en la población de menos de 45 años de edad", explicó.
Por otro lado, mientras que una variedad de marcapasos conocida como
cardiodesfibrilador implantable interrumpe la arritmia cuando ocurre,
el tratamiento con catéter modifica la anatomía del corazón, "de manera
que es curativo y no paliativo, como el marcapasos", precisó.
Indicaciones precisas
Independientemente del costo de la intervención, lo que en nuestro país
limitará bastante su aplicación por ahora, la crioablación "cumple un
papel fundamental" en aquellas arritmias para cuya curación hay que
emitir energía y destruir tejido próximo a estructuras vitales, como el
nódulo auriculoventricular. "Si se daña ese nódulo -explicó el
experto-, en el paciente se interrumpe la comunicación entre las
aurículas y los ventrículos, lo que exige el implante inmediato de un
marcapasos." Y esto suele ocurrir en el 1 al 2% de los pacientes.
Asimismo, la crioablación sirve para tratar las aceleraciones del ritmo
cardíaco provocadas por defectos genéticos, como el síndrome
Wolff-Parkinson-White, en el que una parte de los ventrículos se activa
por una conexión anormal que suele afectar a 5 de cada 1000 personas.
Uno de los dos primeros pacientes tratados es un futbolista de 19 años
que había nacido con ese síndrome.
Cuando la fibrilación auricular, la arritmia más frecuente, no tiene
trastornos asociados se puede tratar con mayor seguridad con la
crioablación. Esta reduce el riesgo de estrechamiento de las venas
pulmonares, donde se originan alrededor del 60% de los impulsos que
alteran el ritmo cardíaco en pacientes con un corazón sano.
Paso a paso
El procedimiento consiste en introducir en el cuerpo del paciente un
catéter de 2 milímetros de grosor mediante una punción en la ingle,
para guiarlo con la ayuda de rayos X hasta el sitio en el corazón donde
está la anormalidad a eliminar.
Una vez en el lugar correcto, electrodos en el extremo del criocatéter
comienzan a enviar información de la lesión a un monitor externo que
orienta al médico mientras una primera aplicación de frío desciende
lentamente la temperatura del extremo del catéter a -30°C. Esto permite
comprobar si la arritmia desaparece.
Si es así, una segunda aplicación de frío, esta vez hasta -80°C, elimia
el tejido que causa la arritmia. "Pasamos del calor al frío, pero sin
abandonar la radiofrecuencia -insistió el experto-. Todavía, del 90 al
95% de las ablaciones seguirá siendo por calor, sobre todo por el costo
del criocatéter."
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