Las enfermedades infecciosas se están propagando más rápido en todo el planeta, surgiendo con mayor velocidad y volviéndose cada vez más difíciles de tratar, según la Organización Mundial de la Salud.
En su Informe anual de la Salud Mundial, la agencia de las Naciones Unidas advierte de que existe una gran posibilidad de que otra pandemia mayor y con el potencial de matar a millones de personas, como la gripe aviar, el síndrome respiratorio agudo y severo o SARS (sus siglas en inglés), el sida o la fiebre del ébola, pueda aparecer en los próximos años.
"En nuestro mundo cada vez más interconectado, nuevas enfermedades están emergiendo de un modo sin precedentes y a menudo con la capacidad de cruzar fronteras y extenderse de forma muy rápida", explica el informe.
"Más que nunca antes en la historia, la seguridad pública global depende de la cooperación internacional y de la voluntad de los países para actuar de forma efectiva para afrontar nuevas y emergentes amenazas", añade este documento. En este sentido, la directora general de la OMS, Margaret Chan, ha manifestado que "dada la vulnerabilidad universal a estas amenazas, la mejora de la seguridad reclama solidaridad global".
El organismo afirma en el documento, que acaba de salir a la luz, que es vital mantener la observación sobre nuevas amenazas, como el bioterrorismo, el vertido de residuos o el SARS, que en 2003 se propagó desde China a 30 países y mató a 800 personas.
"Sería extremadamente ingenuo y complaciente asumir que no habrá otra enfermedad como el sida, otro ébola u otro SARS, tarde o temprano", alerta el informe.
La OMS ha comunicado que desde la década de 1970 han sido identificadas nuevas amenazas en una "tasa sin precedentes" de una o más cada año, lo que significa que hoy existen cerca de 40 enfermedades que eran desconocidas apenas una generación atrás.
Sólo en los últimos cinco años, expertos de la OMS han verificado más de 1.100 epidemias de diferentes enfermedades.
Además, la agencia de la ONU afirma que con más de 2.000 millones de personas viajando vía aérea cada año, "un brote o epidemia en una parte del mundo puede convertirse en apenas pocas horas en una amenaza inminente en cualquier otro sitio". La vigilancia es vital
El informe llama a reanudar los esfuerzos para vigilar, prevenir y controlar enfermedades que pueden convertirse en epidemias, como el cólera, la fiebre amarilla o las enfermedades meningocócicas.
Por otro lado, alerta de que los esfuerzos globales para controlar las enfermedades infecciosas ya han sido "puestos en serio peligro" por la extendida resistencia a los fármacos, una consecuencia de malos tratamientos médicos y del abuso de los antibióticos. La falta de inversiones en salud pública, los conflictos políticos que obligan a millones de personas a vivir en condiciones de insalubridad o las irregularidades en el procesamiento de alimentos que, por ejemplo, provocaron el mal de las 'vacas locas' son otros de los factores que, según el informe, están detrás de la inseguridad sanitaria a escala internacional.
En el documento también se hace referencia a algunas de las principales epidemias a las que la OMS ha hecho frente en los últimos tiempos. Así, el informe cita la lucha que el organismo y sus socios están llevando a cabo contra el virus H5N1, la cepa más peligrosa de la gripe aviar.
Desde su identificación en 1997, el virus ha matado a 308 personas y, aunque no ha mutado a una forma que se contagie fácilmente entre los humanos, como muchos científicos habían previsto, las autoridades sanitarias temen que la próxima pandemia de gripe será "probablemente de una variedad aviar" que podría afectar a cerca de 1.500 millones de personas.
"La duda sobre una pandemia de gripe a partir de este virus o de otro virus de gripe aviar es un problema de cuándo ocurrirá, no de si ocurrirá", afirma la OMS.
La organización recuerda que todos los países deben cumplir las normas del Reglamento Sanitario Internacional. Esto es, es necesario que todos compartan datos esenciales sobre salud, tales como muestras de virus e informes sobre brotes y que todos fortalezcan sus sistemas de salud para controlar las epidemias capaces de propagarse rápidamente a través de las fronteras.
Además, también es importante que cualquier accidente que involucre a químicos tóxicos, energía nuclear u otros desastres medioambientales sean comunicados rápida y claramente para minimizar los posibles problemas.
"Las primeras medidas que deben adoptarse en pro de la seguridad sanitaria mundial consisten en desarrollar los medios básicos de detección y respuesta en todos los países y mantener nuevos niveles de cooperación entre éstos con el objeto de reducir los riesgos para la seguridad sanitaria", concluye este informe.
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