Ajo, limones, remolacha y aceite de oliva contra el
sida. Parece un embrujo, pero es una de las recetas del presidente de
Sudáfrica, Thabo Mbeki, y de su ministra de Sanidad para luchar contra
la epidemia que afecta a su país. Por si quedaba alguna duda, ayer la
Academia de Ciencias de Sudáfrica presentó un estudio en el que afirma
que «no existe ninguna prueba» de la eficacia terapéutica de estos
alimentos. «Ningún alimento, ningún elemento de la comida ni ningún
suplemento dietético puede ser identificado como una alternativa
efectiva para un determinado medicamento», concluye el informe.
Uno de los autores del estudio reconoce que el país
necesita «una población bien alimentada», pero aclaró que «no es
suficiente para resistir el sida sin antirretrovirales».