El Reino Unido ha sido el primero en autorizar la creación de embriones
con material genético de animal y humano. En España no sería necesario
el amparo de una nueva norma para permitirlo. Ni la ley que regula las
técnicas de reproducción asistida ni la avanzada ley de investigación
que aprobó la clonación terapéutica en julio autorizan expresamente la
creación de embriones híbridos. Pero los redactores de la ley de
investigación biomédica dejaron abierta la puerta para que pudiera
realizarse un experimento de este tipo.
El artículo 33 sobre la obtención de células de origen
embrionario es claro: «Se permite la utilización de cualquier técnica
de obtención de células troncales humanas con fines terapéuticos o de
investigación...., incluida la activación de ovocitos mediante
transferencia nuclear».
Si hubiera en España grupos de investigación como los
británicos, interesados en fusionar un óvulo de vaca con células
humanas, no tendrían ningún impedimento legal. Podrían pedir una
solicitud al Ministerio de Sanidad para que una comisión de expertos
diera luz verde o rechazara el experimento. Esta comisión, nombrada por
el Ministerio de Sanidad, es la misma que evalúa cada uno de los
proyectos de investigación con embriones.
Agustín Zapata, subdirector general de Investigación en
Terapia Celular del Instituto de Salud Carlos III, dijo ayer que la
técnica resolvería la escasez de óvulos humanos para investigación. En
su opinión, habrá que esperar los resultados de esta técnica en el
Reino Unido para estudiar después la idoneidad de su utilización en
España.
En el Reino Unido, el objetivo es buscar nuevos
tratamientos para enfermedades hoy incurables como el parkinson o el
alzheimer. Las células de enfermos se introducirán en el óvulo de un
animal al que se ha extraído su núcleo para crear células embrionarias
con los mismos defectos genéticos que causan el parkinson.
La creación de quimeras (híbridos de ser humano y
animal) no sería una cuestión extraña para esta comisión de expertos.
Hace dos años dieron su visto bueno a un proyecto del Centro de
Medicina Regenerativa de Barcelona que preveía la fusión de células
madre humanas con embriones de ratón. Anna Veiga y Juan Carlos Izpisúa,
directores del proyecto, aún no han realizado el experimento pero
tampoco lo han abandonado y tienen el respaldo legal para realizarlo en
cualquier momento.
El experimento es diferente al que ayer aprobó el Reino
Unido, aunque en los dos casos se crean quimeras. Los investigadores
británicos tienen permiso para fusionar células humanas, procedentes
por ejemplo de la piel, con óvulos de animales (vacas, conejos..) a los
que previamente se ha eliminado casi toda su información genética. El
resultado es una quimera 99% humana de la que se podrán extraer células
madre para uso científico. Los científicos del Reino Unido no podrán
crear embriones mediante la fertilización directa de un óvulo animal
con esperma humano o de un óvulo humano con esperma animal.
El grupo catalán tiene la intención de crear quimeras
para probar la calidad de sus líneas celulares, «fabricadas» con
embriones sobrantes de los tratamientos de fecundación «in vitro». Las
células embrionarias humanas se introducirán en embriones de ratón muy
precoces para observar cómo se incorporan a ese organismo. «El objetivo
es comprobar la pluripotencialidad de esas células «in vivo»», explicó
ayer a ABC Begoña Arán, coordinadora del Banco de Líneas Celulares de
Cataluña.
La quimera ayudará a conocer mejor el mecanismo por el
que una célula embrionaria es capaz de convertirse en casi cualquier
tejido cuando se transfiere a un organismo vivo. También se convertirá
en la «prueba del algodón» para las líneas embrionarias (S2 y S3)
creadas en Cataluña. A estas líneas se unirán próximamente otras tres
más que aún no han recibido la autorización del Ministerio de Sanidad.
Uno de los requisitos que deberá cumplir el experimento
es que el desarrollo de este embrión de ratón con células humanas
deberá interrumpirse a los diez días. Ese tiempo es suficiente para
comprobar la pluripotencialidad de las líneas, aunque lo sitúa muy
lejos del nacimiento del ratón.
El Reino Unido también ha puesto plazo al desarrollo de
sus quimeras y deberá destruirlas a los 14 días de desarrollo. En este
país, dos grupos, el de Ian Wilmut -creador de la oveja Dolly- y del
Kings College de Londres serán los primeros en comprobar la utilidad de
los embriones híbridos. Tienen previsto utilizar estas masas de células
como un «banco de pruebas» de la enfermedad de alzheimer, el parkinson
o la atrofia espinal.
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