La medicina preventiva cuenta con una nueva herramienta de diagnóstico, 'Sportchip', que permite detectar precozmente la vulnerabilidad que tiene un deportista joven a sufrir muerte súbita y que podría evitar fallecimientos como el del futbolista del Sevilla, Antonio Puerta.
'Sportchip' es un 'biochip' de ADN que analiza las principales
variables genéticas que pueden predisponer a esta complicación. Esta
nueva herramienta permite analizar de forma simultánea 17 genes
asociados a nuestra capacidad física y metabólica, posibilitando la
valoración integral de nuestro potencial de respuesta al entrenamiento
físico.
Esta herramienta intentará facilitar las tareas de identificar
talentos deportivos potenciales, diferenciar y racionalizar los planes
de entrenamiento físico en función de las capacidades biomecánicas y
fisiológicas individuales, y además alertar precozmente de
complicaciones fatales como la muerte súbita.
Las pruebas se realizan a partir del ADN extraído de una muestra
de saliva o de sangre y ofrecen una fiabilidad del 99,9 por ciento.
Sabiobbi, empresa que comercializa el chip, se compromete a enviar un
informe claro y preciso con los resultados del test en menos de 15
días, en el que ofrecerá recomendaciones prácticas.
Además, este informe muestra el potencial biológico global de un
deportista y señala aquellos puntos vulnerables donde se debería actuar
para lograr el mejor rendimiento.
La principal causa de muerte súbita en respuesta al ejercicio en
deportistas jóvenes es la displasia arritmogénica del ventrículo
derecho. Está demostrado que, en algunos casos, su origen se debe a
mutaciones en el gen Desmogleina-2. Este gen está involucrado en la
formación del desmosoma y una mutación aquí puede desencadenar
arritmias mortales.
El objetivo de incluir esta variable genética en 'Sportchip' es
ayudar a identificar aquellos casos que tengan riesgo a accidentes
cardiovasculares fatales y así poder establecer las medidas de
prevención oportunas que eviten complicaciones mortales.
Si se utiliza esta herramienta diagnóstica no sólo pueden
establecerse medidas preventivas por parte del equipo médico, sino que
se puede identificar a los deportistas con mayor riesgo y, por tanto,
tener previsto personal entrenado en reanimación cardiopulmonar (RCP)
con un desfibrilador a pie de campo. Las posibilidades de supervivencia tras una muerte súbita
disminuyen entre un 7 y un 10 por ciento por cada minuto que se tarde
en desfibrilar, mientras que una vez transcurridos 10 ó 12 minutos, las
probabilidades son prácticamente nulas.
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