Ya no debería haber dudas: el humo del cigarrillo de tabaco o de
marihuana, unos pocos tragos de vino diarios o esporádicos y los
tranquilizantes o los antidepresivos consumidos durante el embarazo
atraviesan la placenta y atacan la salud del bebe en gestación. Así lo
revela una investigación que incluyó no sólo las respuestas maternas
sobre el consumo de esas drogas, sino también indicadores biológicos en
las primeras heces de los recién nacidos.
“Este estudio, que pone en escena por primera vez a una población que
nunca es considerada, los fetos, marca un antes y un después, ya que
deja bien en claro que esos bebes son alcanzados dentro de la madre por
el uso de sustancias. Las pruebas contundentes las aportan marcadores
biológicos presentes en el meconio, al que sólo pueden llegar a través
de la madre", explicó el doctor Hugo Míguez, investigador del Conicet y
coautor del estudio premiado anteayer como mejor trabajo científico en
el II Congreso Uruguayo de Neonatología .
Por un lado, el trabajo demostró que es muy alto el consumo
materno de alcohol, tabaco (ya sea propio o de terceros), psicofármacos
y drogas ilícitas (cocaína, marihuana y pasta base) durante el
embarazo. Pero, por otro, probó que ese consumo llega en la misma
cantidad al bebe y altera su desarrollo. "Todas esas sustancias causan
bajo peso al nacer, lo que aumenta 20 veces la mortalidad del bebe y la
posibilidad de desarrollar enfermedades. Sólo el consumo de alcohol en
el embarazo es la tercera causa de retraso mental infantil y es la
primera causa 100% prevenible", comentó ayer a LA NACION por vía
telefónica desde Montevideo, Uruguay, la doctora Raquel Magri, autora
principal del estudio y ex directora regional del Programa de Drogas de
las Naciones Unidas.
Mil mujeres
La investigación incluyó una encuesta a 1000 mujeres
puérperas de entre 13 y 45 años sobre el consumo de alcohol, tabaco,
antidepresivos, tranquilizantes, cocaína, pasta base y marihuana
durante el embarazo y el análisis de 900 muestras del meconio o
primeras heces de sus hijos recién nacidos en el Sick Children s
Hospital de Toronto, Canadá. Todas las mujeres fueron atendidas al
momento del parto en el Hospital Pereira Rossel y en el Hospital de
Clínicas de Montevideo, Uruguay.
Según los resultados de la encuesta y la opinión de los
investigadores consultados, el consumo materno de todas las drogas
estudiadas fue muy alto. Esto se confirmó con los resultados del
análisis de las muestras de meconio. "Los datos demuestran que las
mujeres embarazadas no se cuidaron nada durante el embarazo, sino que
actuaron como cualquier otra mujer y sin tener en cuenta la vida que se
estaba gestando", opinó la doctora Magri, investigadora independiente
del Hospital Pereira Rossel y de la Kettil Bruun Society, un grupo que
se dedica al estudio del consumo de alcohol. "Y no debe haber mucha
diferencia con el resto de América latina y hasta me arriesgo a
imaginar que en la Argentina la situación es la misma", agregó.
El 41,7% de las mujeres había fumado durante el embarazo, el
37% había bebido alcohol, el 16,5% había tomado tranquilizantes, el 68%
había consumido más de 400 mg diarios de cafeína, el 1,5% había fumado
marihuana y el 0,4% había consumido pasta base.
En tanto, las primeras heces de los recién nacidos confirmaron
altos niveles de exposición a esas drogas. En el 51% de las muestras se
encontraron indicadores positivos de tabaco; en el 40%, de alcohol; en
el 8,3%, de anfetaminas; en el 2,5%, de tranquilizantes; en otro 2,5%,
de cocaína y pasta base, y en el 0,8%, de opiáceos.
"Me pregunto -dijo con ironía el doctor Míguez- por qué un
recién nacido debería tener marcadores biológicos de tabaco, alcohol,
fármacos o drogas por encima de cero. Debe quedar claro que todo
resultado por encima de cero indica una muy baja calidad del período de
gestación."
Dado que se desconocen con certeza los niveles suficientes de
consumo materno de todas estas sustancias nocivas como para dañar la
salud del feto, las guías pediátricas internacionales recomiendan
abstenerse de ingerirlas desde el momento en que la mujer sospecha que
está embarazada.
Por ejemplo, son suficientes apenas más de tres tragos por mes
para que en el feto aumente el indicador biológico de exposición
prenatal al alcohol. En el estudio, el 71% de las muestras de meconio
con restos de alcohol tenía el doble (4 nmol/g) del nivel ya
considerado positivo para esta sustancia.
Por otro lado, según Míguez, la diferencia entre el consumo
materno de tabaco y el porcentaje de restos hallados en las muestras de
los recién nacidos confirmaría el registro del tabaquismo de segunda
mano. "Muchas veces, tanto las madres como los padres no están
conscientes de que si el embarazo se desarrolla en un ambiente fumador,
el bebe lo registra", señaló.
En cuanto a la salud de los bebes, el 11% tenía bajo peso al
nacer (menos de 2500 gramos), mientras que el 15% desarrolló distintos
problemas de salud psicofísica.
"Las mujeres deben tomar conciencia de que llevan adentro otro
ser al que nunca se le pregunta si quiere o no consumir estas
sustancias, sino que las recibe a la fuerza. Eso es no pensar en el
futuro de ese niño", concluyó la doctora Magri.
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