Las embarazadas obesas tendrían más riesgo de perder al bebé hacia el final de la gestación, algo más grave en las afroamericanas, sugiere un nuevo estudio.
Investigadores hallaron que las mujeres obsesas eran un 40
por ciento más propensas que las mujeres con peso normal y
sobrepeso a que su embarazo terminara con un nacimiento muerto,
que es la muerte fetal a partir de la semana 20 de embarazo. Las mujeres afroamericanas tenían más riesgo que el resto.
Comparadas con las mujeres blancas obesas, la tasa de nacimientos
muertos fue un 90 por ciento mayor, publican los autores en
Obstetrics & Gynecology. En parte, el motivo de la relación entre la obesidad y el
nacimiento del feto muerto sería el hecho de que las mujeres
obesas son más propensas a tener diabetes e hipertensión en el
embarazo, dijo el doctor Hamisu Salihu, profesor asociado de
University of South Florida, en Tampa, y autor principal del
estudio. Las mujeres negras tienen tasas más altas que el resto de
estas complicaciones que las blancas, lo que ayudaría a explicar
la brecha racial, señalan los investigadores. De todos modos, la diabetes y la hipertensión no conforman
toda la causa, dijo Salihu a Reuters Health, sino que deben
existir también otros factores. Por ejemplo, las mujeres obesas tienen también niveles más
altos de lípidos (grasas en sangre, como el colesterol). Esas
grasas inhiben una sustancia llamada prostaciclina, que obstruyen
las arterias y favorecen la formación de coágulos en aquellas que
nutren al feto, explicó. Cualquiera sea el motivo de este mayor riesgo de nacimiento
muerto del feto, la mejor forma de reducir estas posibilidades es
hacer adelgazar a las mujeres obesas antes del embarazo, indicó
Salihu. "La reducción del peso antes del embarazo debería ser la
piedra fundamental de toda estrategia para reducir el alto nivel
de riesgo de nacimiento del feto muerto en las mujeres obesas",
dijo. Los resultados surgen de los partos de más de 1,5 millones de
mujeres en Missouri, que estuvieron embarazadas entre 1978 y
1997. El equipo dirigido por Salihu halló no sólo que la obesidad
había aumentado el riesgo de muerte del feto, sino también que
las posibilidades aumentaban según el nivel de obesidad. Las mujeres extremadamente obesas tenían casi el doble de
riesgo de mortalidad del feto que las mujeres con peso normal o
sobrepeso antes del embarazo. Mientras que adelgazar antes del embarazo sería la mejor
manera de prevenir los nacimientos de feto muerto, esto no es
posible para muchas mujeres. Según Salihu, aún se debe determinar
la mejor forma de controlar el embarazo de mujeres obesas para
reducir el riesgo de ese tipo de nacimiento. La obesidad acaba de ser reconocida como un factor de riesgo
de nacimiento de feto muerto y no existen aún recomendaciones
universales sobre cómo los médicos deberían ocuparse del
problema, según el experto.
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