Un estudio reciente halla que la mayoría de las personas sabe que el ejercicio puede ayudar a combatir la diabetes tipo 2, pero un tipo de régimen de acondicionamiento físico podría ser el más efectivo.
Específicamente, las sesiones de ejercicio que combinan el ejercicio
aeróbico y el entrenamiento de resistencia parecen mejores para
controlar el azúcar en la sangre que cualquiera de los tipos de
actividad por sí solo, apuntan los investigadores. El hallazgo
es novedoso porque "la mayoría de los otros estudios han analizado sólo
un tipo de ejercicio, ya sea el aeróbico o de resistencia", anotó el
investigador principal, el Dr. Ronald J. Sigal, profesor asociado de
medicina y ciencias cardiacas en la Universidad de Calgary en Alberta,
Canadá. El estudio aparece en la edición del 18 de septiembre de Archives of Internal Medicine. Como
parte de su investigación, el equipo de Sigal evalúo a 251 adultos
entre los 39 y 70 años, todos con diabetes tipo 2 y que no hacían
ejercicio regular al momento del comienzo del estudio. Los
participantes fueron asignados a uno de cuatro grupos: los que hacían
45 minutos de entrenamiento aeróbico tres veces a la semana, los que
hacían 45 minutos de entrenamiento de resistencia (o sea, pesas) tres
veces a la semana, los que hacían 45 minutos de ambos tipos de
ejercicio tres veces a la semana, y los que no hacían ejercicio en
absoluto. El grupo de aeróbicos se entrenaba en una caminadora o
bicicleta en el gimnasio; a todos se les dio membrecías. El grupo de
resistencia se entrenaba también en el gimnasio, con sus respectivas
membrecías, y hacían siete tipos de ejercicios diferentes en las
máquinas de peso. El equipo de Sigal evaluó los cambios en los
valores de A1c, una medida que refleja las concentraciones de azúcar en
la sangre en los dos o tres meses previos. La A1c se expresa como un
porcentaje. Un descenso de 1.0 por ciento en el valor de la A1c podría
ser asociado a una disminución en el riesgo de ataque cardiaco o
accidente cerebrovascular de 15 a 20 por ciento, explicaron los
investigadores, y en una reducción de 25 a 40 por ciento en el riesgo
de complicaciones relacionadas con la diabetes, tales como enfermedad
ocular o renal. Tal como se esperaba, el control del azúcar en
la sangre mejoró en todos los grupos de ejercicio. Entre los que hacían
ejercicios aeróbicos o de resistencia, el valor de la A1c se redujo en
cerca de 0.5 por ciento en comparación con los que no se ejercitaban.
Los que hacían ambos tipos de ejercicio habían duplicado ese nivel de
éxito, con un descenso en el valor de la A1c de 0.97 por ciento en
comparación con el grupo que no se ejercitaba. Los que no hicieron
ejercicios no experimentaron cambios en sus valores de A1c a lo largo
de las 26 semanas del estudio. El mensaje final: "Existe un beneficio adicional al hacer tanto ejercicios de resistencia como aeróbicos", de acuerdo Sigal. Destacó
que el descenso de cerca de uno por ciento en el valor de A1c del
estudio "se traduce en una reducción de 15 a 20 por ciento en el riesgo
de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular y de 25 a 40 por ciento
en el riesgo de otras complicaciones, como la retinopatía", un problema
ocular relacionado con la diabetes. ¿De qué manera combate la
actividad física la diabetes tipo 2, la forma más común de la
enfermedad asociada a la obesidad? De acuerdo con Sigal, "el ejercicio
reduce la resistencia a la insulina. Hace que el transporte de glucosa
[azúcar en sangre] sea más eficiente". Otro experto dijo que las aportaciones del estudio suponen nueva información para las personas que desean combatir la diabetes. "Básicamente,
el entrenamiento aeróbico y de resistencia ofrecen buenos resultados,
pero la combinación de ambos es aún mejor", señaló Cathy Nonas,
directora de actividad física y nutrición del Departamento de salud e
higiene mental de la ciudad de Nueva York, dietista registrada y
educadora acreditada en diabetes. Sin embargo, apuntó que las
personas sedentarias necesitan a menudo tomarse las cosas con calma
cuando comienzan a hacer ejercicio para mantener el programa de
acondicionamiento físico con el tiempo. Los participantes del
estudio fueron aumentando sus sesiones de acondicionamiento físico
hasta llegar a 45 minutos, anotó Nonas, y el grupo de la combinación
terminó haciendo unas 4.5 horas de ejercicio a la semana, una cantidad
que algunos podrían calificar como desalentadora. "Nunca
hablaría de 4.5 horas a la semana con alguien que no se ejercita en lo
absoluto", dijo Nonas. En lugar de eso, Nonas fomenta dedicar cualquier
tiempo a la actividad física para empezar. "Cualquier tiempo que se
haga será bueno", apuntó. Entonces, anima a la gente a aumentar poco a
poco el tiempo de ejercicio. "Creo que el estudio es muy
estimulante", agregó. "Plantea que cualquier ejercicio que se haga
tendrá un efecto, y mientras más ejercicio se haga, mejor será el
efecto". Más información Para saber más acerca de los beneficios del ejercicio para la diabetes, visite la American Diabetes Association.
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