Es posible gracias a un decreto presidencial que nos convierte en la
tercera nación del mundo en conmemorarla, después de Ecuador y Uruguay.
Y según Germán
Salazar, director de la Unidad de Adolescentes de la Fundación
Cardioinfantil, otros 24 países en el mundo están 'ad portas' de
realizarlo.
¿La razón? Las cifras de niños que nacen
de madres jóvenes sin ser planificados y que no cuentan con la madurez
emocional, ni los recursos económicos para respaldar esa nueva vida.
Según la Encuesta de Demografía y Salud de
2005, una de cada cinco adolescentes colombianas menores de 19 años ha
estado o está en embarazo.
Relaciones sexuales tempranas
Martha Castillo (nombre cambiado a
petición de la fuente) es sicóloga de un colegio distrital en la
localidad de Engativá, en Bogotá.
Según su experiencia, los jóvenes no solo
tienen relaciones sexuales más temprano, sino que toman la decisión de
irse de su casa y vivir en pareja. "O quedan embarazadas y el muchacho
muchas veces no pasa de los 18, sale del colegio para ponerse a
trabajar y se la lleva a vivir a la casa de los padres".
Precisamente, en colegios como en el que
trabaja Castillo, Profamilia llegó con un programa de prevención del
embarazo adolescente y de enfermedades de transmisión sexual, de la
mano de la Alcaldía Local y de la Secretaría Distrital de Salud.
Son cuatro talleres que dictan sicólogas
capacitadas, a los jóvenes desde los 14 años, que consisten en enseñar
el conocimiento del cuerpo, la prevención de embarazos y enfermedades.
Los jóvenes acceden a la información grupal de manera lúdica y
asesorías individuales.
Las adolescentes que están en mayor riesgo
de embarazo, como quienes ya han sido madres o conviven con su pareja,
tienen la opción de acudir a Profamilia, en donde les ofrecen un
implante subdérmico, que posee una carga hormonal y previene de
embarazos por cinco años.
Ellas reciben las consultas médicas,
asesoría y control de manera gratuita, gracias a los recursos de la
Alcaldía de Engativá que paga por los servicios. Solo en esa localidad,
en los últimos tres años, más de 4 mil adolescentes entre los 10 y 19
años han quedado embarazadas.
Más que condones
Para Germán Salazar, la educación sexual
no puede quedarse en repartir preservativos o hablarles a los jóvenes
de métodos de planificación.
"Existen familias disfuncionales que deben
trabajar en ofrecer tres herramientas a los jóvenes: autoestima,
límites y tolerancia al fracaso. Hoy los adolescentes improvisan sus
proyectos de vida, fuman, toman, se drogan, se acuestan con todo el
mundo. Nosotros tenemos jóvenes que llegan embarazadas y les
preguntamos por el papá y nos dicen que no saben quién es".
Según Salazar, "ellos enfrentan conductas
de riesgo que no han sabido prevenirse desde la niñez y manifiestan su
inconformismo al mundo y a la ausencia de los padres manteniendo esa
actitud de rebeldía, por ejemplo consumiendo sustancias que tienen
efectos excitantes, rápidos y baratos".
Buscan reducir las cifras
Jaime Orlando Reyes, creador del programa
'Cero pollitos embarazados', una estrategia en salud sexual y
reproductiva, afirma que con esta iniciativa busca "hacerles ver a los
jóvenes la productividad que pierden a futuro por una relación de afán.
Hay una edad para cada cosa y la adolescencia es época de estudio,
deporte y aprendizaje", afirma.
Una joven pareja que no termina su bachillerato se vuelve mano de obra no calificada, advierte.
Hace seis años se puso en marcha esta
estrategia en la localidad San Cristóbal de Bogotá, con el propósito de
prevenir el embarazo en adolescentes. Uno de sus componentes es hacer
que los jóvenes se conviertan en padres y madres durante una semana,
para que conozcan todo el proceso y la responsabilidad de gestar un
bebé desde la concepción hasta el nacimiento, cuidado y crianza del
pequeño.
Además, realizan foros, diálogos,
caminatas y otro tipo de actividades encaminadas a sensibilizar a los
jóvenes sobre sus derechos sexuales y reproductivos, la equidad de
género, la orientación hacia un proyecto de vida y la responsabilidad
en la sexualidad.
De 100 niñas que se embarazan, 86 pierden el apoyo de su pareja, dice Reyes.
'No basta con pegar afiches'
"Para la celebración de este día - señala
Germán Salazar, director de la Unidad de adolescentes de la Fundación
Cardioinfantil- se va a ir mucho más allá de pegar afiches alusivos.
Varios jóvenes se reunirán en un conversatorio con entidades que tienen
que ver con el tema, como la Presidencia de la República, el Ministerio
de Protección Social, ICBF, Secretaría de Salud, Profamilia y Celsam
(Centro Latinoamericano para la Salud de la Mujer).
El lema del encuentro es "Estamos listos a
escucharlos", porque en estos temas siempre hablan los expertos, pero
no los protagonistas. "Queremos estar atentos para que ellos nos digan
lo que les preocupa al respecto", dice Salazar.
La segunda parte consiste en que estas
instituciones involucradas harán un plan de trabajo para dar respuesta
a esas inquietudes y el próximo año en la misma fecha veremos cuánto
hemos avanzado".
Una voz hacia los padres
Redpapaz, Red de padres y madres por amor a nuestros hijos, brinda los siguientes consejos:
- Los padres son los primeros responsables de la educación sexual de los hijos. El colegio colabora con esta tarea.
- El embarazo en adolescentes es
multifactorial y necesita una estrategia múltiple que se construya
entre familia, colegio, sociedad y medios de comunicación.
- Los padres tienen temor de manifestar lo
que sienten. Los hijos de padres que manifiestan abiertamente su
desaprobación sobre la actividad sexual temprana de sus hijos,
exponiendo sus argumentos de forma clara, inician más tardíamente las
relaciones sexuales.
- El concepto que los padres tienen acerca de este comportamiento influye en la decisión de tener relaciones sexuales.
- Sí hay mucho que hacer para prevenir el
embarazo adolescente. Un adolescente feliz, con proyecto de vida,
retarda conductas de riesgo. Aquí es clave el amor, protección,
supervisión, cuidado y buen ejemplo de los padres, así como su interés
por las amistades y gustos de sus hijos. Deben, además, ponerles
límites claros y pedir consejo cuando no conozcan ciertos temas.
- La opción de embarazarse tan joven es a
veces resultado de la falta de opciones en materia de salud, educación,
actividades recreativas y capacitación.
- Enseñar cómo funcionan métodos de planificación NO hace que se inicie más temprano la actividad sexual.
- Las preguntas deben responderse con naturalidad. Hay que hablarles con los términos que son.
- Las relaciones sexuales NO son el centro de la educación sexual. - No se puede pelear con los hijos por todo, sólo en aspectos fundamentales. Embarazo en el adolescente
La capacidad reproductiva de la mujer se
adquiere dos o tres años después del comienzo del periodo menstrual.
Está demostrado que cuando la edad ginecológica (tiempo entre la
primera menstruación y el embarazo) es menor o igual a 2 años, tanto el
feto como la madre están en proceso de crecimiento y pueden sufrir más
riesgos durante la gestación, asegura Olga Restrepo, pediatra con
especialización en adolescentes.
El embarazo en la adolescente se considera
de alto riesgo, pues el tamaño de los huesos de su pelvis, la madurez
de su cuello uterino y el desarrollo de su vulva (genitales externos
que incluyen labios, clítoris y abertura vaginal) no son aptos para un
parto vaginal.
Aunque, eventualmente, el bebé podría
nacer por esta vía, la joven está expuesta a una serie de desgarros
vaginales y cervicales.
"Una niña de 12 años difícilmente puede
tener un parto vaginal porque su cuerpo está en crecimiento y el tamaño
de su pelvis hace que haya una desproporción céfalo-pélvica", afirma el
ginecoobstetra Fernando Laverde. Generalmente, el parto termina en una
cesárea.
El cuidado prenatal de la gestante
adolescente debe ser multidisciplinario (siquiatría, nutrición y
medicina materno fetal) y requiere estricto seguimiento ecográfico y de
laboratorios clínicos.
Existen estudios que afirman que un
embarazo bien controlado puede llegar a término sin mayores
dificultades en comparación con una mujer adulta, recalca Laverde.
Sin embargo, según el ginecólogo Ramírez,
la mayoría de adolescentes ocultan su embarazo y, por tanto, se someten
de manera tardía a los exámenes prenatales y esto puede derivar en
complicaciones al final de la gestación.
De igual forma, tampoco se realizan análisis preconcepcionales que les permita preparar su organismo para albergar al bebé.
"Estos dos factores hacen que las
embarazadas sufran de infecciones, anemia, incompatibilidad sanguínea y
retraso en el crecimiento intrauterino, entre otros", puntualiza el
especialista.
Cuando una mujer está en la adolescencia
inicial, es decir, entre los 10 y los 14 años, se pueden presentar
entre dos y siete veces más complicaciones como parto prematuro,
sangrado o infecciones.
"La niña en la pubertad aún no está
preparada físicamente para alojar una gestación, ni para asumir la
carga hormonal y el crecimiento de la matriz", aclara la pediatra
Restrepo.
Igualmente, la adolescente tiene mayor
riesgo de ruptura prematura de membranas, preeclampsia, infecciones
urinarias y de tener un bebé con bajo peso al nacer. A esta edad sus
defensas están disminuidas y la joven se expone a mayores infecciones.
Como consecuencia del embarazo de alto
riesgo, lo más probable es que en la madre se incremente la
incontinencia urinaria, se afecte el crecimiento y sufra de
desnutrición o debilidad en los huesos.
Una niña en periodo de desarrollo podría
ver afectadas, a futuro, su talla y densidad ósea, debido a que el bebé
consume su reserva nutricional que, en ocasiones, no cuenta con el
soporte adecuado para la formación del niño.
Además, en los futuros embarazos puede
haber complicaciones si el útero de la adolescente después del parto no
se contrae o no recupera su tamaño normal (atonía muscular).
Aunque sus cuerpos ya puedan procrear,
emocionalmente no están listas para ser madres, sobre todo, porque
entre sus proyectos no estaba serlo y, generalmente, el padre del bebé
huye de la responsabilidad y deja a la joven sola.
En algunos casos este desamparo puede
llevar a un trastorno adaptativo, en el que muchas adolescentes piensan
en el suicidio, asegura Atuesta. También les es difícil asumir con
responsabilidad su rol y, comúnmente, la abuela es la que termina
encargándose de la crianza.
"Es una persona que se deprime, la
autoestima baja y por esa falta de afecto surge un patrón a repetición,
porque buscan afecto en cualquiera y terminan con muchos hijos. Por su
parte, los niños viven solos porque no tienen figura de padre y madre",
señala la siquiatra.
Andrea Linares y Juliana Rojas ABC del Bebé
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