La terapia de reemplazo de la nicotina con parches, chicles o caramelos puede ayudar a las embarazadas a dejar de fumar, demostró un nuevo estudio.
Entre 181 fumadoras embarazadas, aquellas a las que se les
dio la opción de usar algún tipo de reemplazo de nicotina junto
con asesoramiento eran tres veces más propensas que las que
sólo recibieron asesoramiento a abandonar el cigarrillo siete
semanas más tarde. No obstante, explicaron los autores, se necesitan más
estudios sobre la seguridad de la terapia de reemplazo de la
nicotina para el bebé, como así también sus beneficios durante
el embarazo. Si bien los peligros de fumar durante el embarazo van desde
un mayor riesgo de tener un bebé con bajo peso al nacer a una
mayor posibilidad de que el niño muera antes del nacimiento,
alrededor de la mitad de las fumadoras no deja el hábito luego
de quedar embarazadas, destacó el equipo de la doctora Kathryn
I. Pollak, del Duke Comprehensive Cancer Center. Los resultados obtenidos por los investigadores
estadounidenses fueron publicados en la revista American
Journal of Preventive Medicine. Dado que, según los autores, la evidencia disponible
demuestra que la terapia de reemplazo de la nicotina es más
benigna para una embarazada y su bebé que el tabaquismo, el
equipo buscó determinar si la estrategia podría mejorar las
tasas de cesación tabáquica en el embarazo. El equipo reunió a 181 fumadoras embarazadas que recibieron
terapia cognitiva conductual en cinco sesiones individuales
durante las visitas de control prenatal y una sesión
telefónica. Dos tercios recibieron terapia de reemplazo y
podían elegir entre los parches, los chicles o los caramelos. Siete semanas después de iniciar la terapia, el 24 por
ciento de las mujeres seguía sin fumar, frente al 8 por ciento
de las pacientes que sólo habían recibido asesoramiento. A la semana 38 de embarazo, el 18 por ciento de las mujeres
bajo terapia de reemplazo no fumaba, comparado con el 7 por
ciento de las mujeres que sólo habían recibido asesoramiento. Sin embargo, tres meses después del parto, el 20 y el 14
por ciento de ambos grupos de mujeres, respectivamente, seguían
sin fumar, lo que no es una diferencia estadísticamente
importante. La convocatoria de mujeres para el estudio se detuvo cuando
los investigadores observaron que las pacientes del grupo bajo
terapia de reemplazo de la nicotina eran más propensas a tener
un parto prematuro. Pero cuando los investigadores analizaron si las mujeres
habían o no tenido partos prematuros antes, no hallaron ningún
efecto negativo de la terapia de reemplazo hormonal
específicamente. No obstante, concluyó el equipo, se necesitan más estudios
para confirmar la seguridad de la terapia de reemplazo de la
nicotina durante el embarazo.
|