Una dieta rica en pescado y otras fuentes de ácidos grasos omega 3 ayudó a reducir las probabilidades de que los niños con antecedentes familiares de diabetes desarrollaran la enfermedad, informaron investigadores estadounidenses.
Es un efecto relativamente prolongado, según Jill Norris,
cuyo estudio fue publicado en Journal of the American Medical
Association.
"Es alentador porque sugiere que deberíamos poder
desarrollar intervenciones nutricionales para prevenir la
diabetes", añadió el autor.
La diabetes tipo 1, también llamada diabetes juvenil, es la
forma más común de diabetes en los niños y se produce cuando el
sistema inmune se desordena y comienza a atacar a las células
productoras de insulina ubicadas en el páncreas.
Nadie sabe exactamente qué genera este proceso, pero se
considera que los factores hereditarios y ambientales, como la
dieta, juegan un rol importante.
Varios estudios en animales sugirieron que los ácidos
grasos omega 3 -que se encuentran en el pescado, el aceite de
lino, la nuez, la soja y otros alimentos- podrían ayudar contra
la diabetes.
Para evaluar si los ácidos grasos omega 3 tienen un posible
efecto protector, el equipo de Norris, de la University of
Colorado en Denver, estudió entre 1994 y el 2006 a 1.770 niños
que corrían alto riesgo de padecer diabetes por sus pruebas
genéticas o porque tenían un hermano o padre con la dolencia.
Los expertos recopilaron información sobre su alimentación
a través de sondeos frecuentes a los padres.
Además, se analizó la sangre de los pacientes al menos una
vez al año para ver si sus sistemas inmunes habían desarrollado
los anticuerpos que atacan a las células productoras de
insulina en el páncreas, lo que se conoce como autoinmunidad
pancreática.
Estos anticuerpos son considerados un fuerte indicador de
la posibilidad de sufrir diabetes tipo 1. En total, 58 niños
del estudio los desarrollaron.
Los investigadores hallaron que los chicos en riesgo que
comían muchos alimentos ricos en omega 3 eran un 55 por ciento
menos propensos a desarrollar autoinmunidad en el páncreas.
"Este es el primer estudio que demuestra esto", dijo Norris
durante una entrevista telefónica. "Se trata de todos los
ácidos grasos omega 3, no sólo el tipo que se encuentra en el
pescado", añadió.
Los ácidos grasos omega 3 interfieren con las enzimas que
juegan un papel clave en la inflamación, posible disparador de
la diabetes tipo 1.
Al menos 194 millones de personas en el mundo padecen
diabetes y la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que
la cifra superará los 300 millones en el 2025. La mayoría de
las personas sufren diabetes tipo 2, la cual está directamente
relacionada con la mala alimentación y la falta de ejercicio.
Las personas con diabetes tipo 1 frecuentemente deben
aplicarse inyecciones de insulina para controlar sus niveles de
azúcar en sangre.
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