Mantener el colesterol dentro de los parámetros considerados normales es muy importante para las embarazadas por múltiples razones. Un estudio ha revelado que tenerlo bajo predispone a que el bebé nazca prematuro, hecho que puede llevar complicaciones.
Si hay algo que provoque confusión en los pacientes eso es el
colesterol. Tenerlo alto es nocivo pero tampoco es recomendable tenerlo
bajo, al menos el colesterol bueno, pero el malo hay que controlarlo
porque puede causar problemas. Un galimatías difícil de entender.
Lo cierto es que el colesterol es una molécula esencial para el
organismo, que desempeña multitud de funciones. Forma parte de las
membranas celulares y es precursor de muchas hormonas, de la vitamina D
y de las sales biliares. Durante el embarazo tiene especial relevancia
ya que interviene en la implantación, el desarrollo placentario y en el del feto.
La alteración de los niveles de colesterol materno se ha observado
en algunas patologías como la preclampsia, la diabetes gestacional o
cambios en el transporte placentario.
En el último número de la revista 'Pediatrics',
científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos
(NIH) presentan un trabajo en el que analizan la relación entre la
hipocolesterolemia materna (niveles bajos de este lípido) y los partos prematuros, un fenómeno asociado con la aparición de complicaciones obstétricas.
Niños con menos de 37 semanas
Estudios anteriores han determinado que las mujeres con el
colesterol alto tienen más riesgo de parir antes de forma prematura
(antes de la semana 37) y, dadas las importantes funciones de esta
molécula, el objetivo era comprobar si su escasez provocaba problemas
similares.
"Basándonos en los hallazgos preliminares, parece que tener el
colesterol muy bajo es tan malo como tenerlo alto durante el embarazo",
señala Max Muenke, director del estudio.
Los resultados obtenidos de un grupo de 1.058 mujeres y sus hijos
mostraron un incremento de los partos prematuros en aquellas cuyos
niveles de colesterol eran inferiores a los valores normales (menos de
159 mg/dl), con una incidencia del 21%. Por el contrario, entre el
grupo control –con una colesterolemia entre 159 y 261 mg/dl-, la
incidencia fue del 5%.
El estudio también corroboró la asociación entre la
hipercolesterolemia materna y un mayor riesgo de prematuridad, con una
tasa del 12%. Una curiosidad de esta investigación es que estos
vínculos sólo se detectaron en mujeres de raza blanca. El colesterol no provocó aparentemente ningún efecto en las madres afroamericanas.
"La cantidad correcta de colesterol es esencial para tener una buena
salud, tanto antes como después del embarazo", explica Muenke. "Durante
la gestación, el colesterol es crítico para la placenta y el feto,
incluyendo su cerebro".
Dado lo preliminar de los resultados, los autores recomiendan
realizar más estudios sobre el tema. "De momento, el mejor consejo que
podemos dar a las embarazadas es que sigan los consejos de sus médicos
sobre dieta y ejercicio", concluyen.
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