Lo que parecía un problema típico de la adolescencia puede serlo en cualquier etapa de la vida... hasta en la tercera edad. Por eso, 21 expertos latinoamericanos en acné lograron unificar criterios clínicos para el diagnóstico y el tratamiento de una enfermedad que tuvo, tiene o tendrá alguna vez el 80% de la población.
Según el Grupo Latinoamericano de Estudio del Acné (GLEA), que elaboró
el consenso a pedido del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología,
el tipo más frecuente del acné -hay formas que hasta pueden dañar los
cartílagos y los huesos- afecta principalmente a los adolescentes (79
al 95% lo sufre), pero también a los mayores de 25 años (40 al 54%), a
las mujeres de más de 40 años (12%) y, de manera permanente, a un 3% de
los hombres.
"Es una de las enfermedades por las que más se consulta en la práctica
pública y privada, porque la piel se ve, no se puede ocultar y es
importante para la sociedad de consumo. Ninguna empresa contrataría en
igualdad de condiciones a una joven o un joven con acné", dijo a LA
NACION la doctora Ana Kaminsky, coordinadora del GLEA y profesora de
dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos
Aires.
Además de un gráfico que indica paso a paso cómo los dermatólogos deben
tratar el acné comedónico (puntos negros o protuberancias blancas en
los poros), pápulo-pustuloso (granos rojizos o blancos y pequeñas
lesiones inflamadas con pus) y nódulo-quístico (lesiones inflamatorias
profundas de más de 5 mm de diámetro), el consenso incluye los
resultados de la revisión de estudios publicados sobre la enfermedad y
su efecto psicosocial.
Buenos hábitos
Además, el documento recomienda que los pacientes lleven una
alimentación "equilibrada", en la que se respeten los horarios de las
comidas e incluya ácidos grasos con omega-3 (atún, salmón, caballa,
vegetales de hoja verde, nueces, aceitunas o aceite de linaza o canola,
entre otros), frutas, verduras, lácteos orgánicos (tienen bajo
contenido hormonal) y agua. También, el tratamiento dermatológico hay
que complementarlo con ejercicio físico, sueño suficiente para cada
edad y, por supuesto, nada de fumar.
"Es preciso sugerirle al paciente con acné que limite la ingestión de
alimentos grasosos (frituras), comidas rápidas, gaseosas, alimentos con
alto índice glucémico [como pan blanco, cereales azucarados, papa],
exceso de lácteos, chocolates, cereales de caja y [en] barras, jugos y
bebidas enlatadas", indica el texto del consenso, un documento de 238
páginas que se publica en forma de libro con el título Acné. Un enfoque
global .
Allí también se habla de una variante de la enfermedad que afecta a los mayores de 25 años: el acné del adulto.
"Puede tratarse de la prolongación de un acné adolescente o no, y
afecta principalmente a las mujeres -explicó Kaminsky-. En ellas,
después de los 40 o 50, hay que analizar siempre si tienen algún
problema endocrinológico o se trata de un acné común que en lugar de
aparecer a los 15 lo hace más tarde. Pero en los adultos mayores, en
general, lo habitual es que se trate de un acné que se prolongó en el
tiempo."
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