Un trabajo muestra los fallos genéticos irreversibles que conlleva el fumar.
¿Cuánto tiempo tarda en 'recuperarse' el organismo de un fumador que ha dejado de serlo? ¿Logran los ex fumadores 'resetear' de nuevo su cuerpo, es decir, tener el mismo riesgo que un no fumador de desarrollar alguna de las 25 enfermedades asociadas al tabaco? La respuesta es no: fumar genera en el organismo daños irreversibles. El contador nunca se vuelve a poner a cero, como se demuestra en un detallado estudio de efectos irreversibles con fumadores y ex fumadores, publicado recientemente. La conclusión: fumar se lleva en los genes y haber fumado, también. Pero, por supuesto, eso no significa, ni mucho menos, que no valga la pena dejar de fumar.
El tabaquismo provoca 45.000 muertes al año y es, por tanto, la
principal causa de defunción en España, según el Comité Nacional de
Prevención del Tabaquismo. Muchas de esas muertes son por cáncer de
pulmón, uno de los tumores malignos con mayores índices de mortalidad.
Se trata de un tumor que puede manifestarse muchos años después de
haber dejado de fumar. «El 85% de los casos de cáncer de pulmón son
atribuibles al hábito de fumar tabaco. Los ex fumadores empedernidos
siguen teniendo un riesgo alto de desarrollar cáncer de pulmón. El 50%
de los casos de cáncer de pulmón se diagnostican en ex fumadores»,
señala Raj Chari, biólogo especialista en cáncer del Centro de
Investigación en Cáncer de British Columbia, en Vancouver (Canadá).
Algunos efectos irreversibles
Chari es autor de un trabajo publicado este verano en la revista BMC Genomics
acerca de las diferencias en la expresión génica entre no fumadores,
fumadores y ex fumadores. La investigación consistió en analizar la
expresión génica en tejido epitelial obtenido de las vías respiratorias
de cuatro no fumadores (que no habían fumado nunca), ocho fumadores y
doce ex fumadores (que lo eran desde entre 1 y 32 años). Los autores
del trabajo partían de la base de que «los genes cuya expresión ha
sufrido efectos reversibles por fumar deben mostrar diferencias entre
los fumadores y los ex fumadores, pero deben ser similares entre los ex
fumadores y los no fumadores», escribe el equipo liderado por Chari.
«Por el contrario, en los genes que sufren efectos irreversibles
sobre su expresión génica, habrá similitudes entre los fumadores y los
ex fumadores». En total fueron analizados más de 110.000 productos de
la expresión génica potencialmente únicos, lo que convierte a este
estudio en uno de los más detallados de su clase. Los resultados
revelaron que algunos genes cuya expresión está alterada en fumadores
vuelven a sus niveles normales una vez se abandona el (mal) hábito.
Pero la expresión de otros 124 genes permanece alterada. «Estos cambios
irreversibles pueden ser la explicación de que el riesgo de desarrollar
un cáncer de pulmón siga siendo alto después de que se deja de fumar»,
escribe Chari en la publicación.
"El estudio muestra que la
expresión de varios genes relacionados con el ciclo celular está
reducida tanto en fumadores como en ex fumadores"
Además, las proteínas producidas por varios de los genes alterados
irreversiblemente se asocian con enfermedades pulmonares. Se detectó,
por ejemplo, que la expresión de varios genes relacionados con el ciclo
celular era reducida tanto en fumadores como en ex fumadores, algo que
encaja con la menor tasa de división celular observada en pacientes con
bronquitis crónica o enfisema pulmonar. Y también mostraban menos
expresión de lo normal varios genes implicados en la reparación del
DNA.
Sin riesgo cero
Eso significa, según Chari, que «al dejar de fumar reduces los
riesgos, pero estos no vuelven a ser cero». ¿Quiere decir esto que no
vale la pena hacer el esfuerzo de dejar de fumar? «En absoluto»,
responde Rodrigo Córdoba. «El tabaco está relacionado con 25
enfermedades distintas, entre ellas cáncer; enfermedades
cardiovasculares (cardiopatía isquémica, infarto, angina y muerte
súbita), y también bronquitis crónica y enfisema. El tiempo de
recuperación de cada una es variable», dice este experto, portavoz del
Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo.
Así, en lo que se refiere a la cardiopatía isquémica, el riesgo se
reduce entre un 11% y un 17% cuando se lleva entre 6 y 18 meses sin
fumar. En cuanto a la bronquitis crónica y el enfisema, «depende de la
edad a la que se deje de fumar», explica Córdoba. Si se es ex fumador a
partir de los 35 o 40 años, parte del daño ya es irreversible. En otras
enfermedades cardiovasculares se ha hallado que tras 15 años sin
tabaco, el riesgo es equiparable al de una persona sana.
En el caso del cáncer las estimaciones son más difíciles, porque
los fallos son acumulativos. Además hay que tener en cuenta la
contribución del humo 'pasivo' del tabaco, el que fuman otros. Según
Córdoba en España mueren al año con cáncer de pulmón 15.000 personas,
de las que 400 (que se sepa) son fumadores pasivos. «En las sociedades
en que no se fuma prácticamente no hay cáncer de pulmón», señala este
experto.
UN HÁBITO A LA BAJA La Encuesta Nacional de Salud de España de 2006 (la última
disponible) muestra que el 40,19% de los hombres de entre 25 y 44 años
fuman diariamente. Tres años antes, la cifra era de 41,5%. Un descenso
muy tímido, pero un descenso. La bajada es más acusada en chicos de
entre 16 y 24 años, que pasan de 34,8% en 2003 a 25,53% en 2006. Las
chicas ya les han superado, y aparentemente no tienen intención de
cambiar de conducta: entre los 16 y 24 años el 31,15% de ellas fumaba
en 2003, y el 31,1% sigue fumando en 2006.
Pero estos datos no recogen las 'bajas' entre los fumadores
provocadas por la ley antitabaco. Según miembros del Comité Nacional de
Prevención del Tabaquismo esta ley ha 'convertido' ya a un millón de
fumadores. Estos expertos creen posible conseguir reducir el porcentaje
de fumadores a un 15% en el año 2020. «La Ley es el mayor avance en
salud pública de los últimos 15 años y ha alcanzado el 80% de los
objetivos previstos. Los niveles de nicotina ambiental en los edificios
de las administraciones públicas, empresas privadas, comercio, centros
de transporte, universidades, hospitales y centros sociales son
residuales y en general un 80% menores a los que había antes de la
Ley», se apuntaba hace ya un año en las conclusiones del último
congreso del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.
Los aspectos en los que más hay que incidir para lograr ese
objetivo son, para esta asociación, promover una educación antitabaco,
encarecer el tabaco, no permitir su publicidad y financiar los fármacos
que ayudan a dejar de fumar a algunos grupos de riesgo. Porque, según
estos expertos, la terapia sustitutiva de nicotina y otros fármacos
específicos sí que «aportan nuevas esperanzas para hacer cada vez mas
fácil dejar de fumar».
Comentarios reservados a usuarios registrados. Por favor ingrese al sistema o regístrese. Powered by AkoComment! |