"Es justo limitar el uso de tecnología médica en los ancianos" |
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Diario Médico (Por Carmen Fernández. Barcelona)
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Monday, 08 de October de 2007 |
El filósofo y experto en bioética neoyorquino Daniel Callahan ha visitado Barcelona, invitado por la Fundación Víctor Grífols,
para exponer su visión acerca de lo que es justo en la distribución de
recursos sanitarios limitados e insistir en la necesidad de poner topes
en ancianos.
En el 2004 publicó un polémico libro (Poner límites. Los fines de la Medicina en una sociedad que envejece.
Ed. Triacastela) en el que defendía la idea de que la edad del paciente
sea uno de los criterios que influyan en la distribución de recursos
sanitarios limitados; que ya fue apuntada antes por expertos como Alan
Williams, pionero y promotor de la Economía de la Salud.
Tras analizar todas las críticas que recibió entonces en su país, Estados Unidos, ¿se lo ha pensado mejor? -Sí,
de hecho he redactado de nuevo aquel trabajo introduciendo el concepto
de Duración de la vida natural, con el que hago referencia a que cuando
se llega a los 80 años de edad ya se ha vivido todo lo que había que
vivir; aunque hay gente a la que ese término no le gusta porque la vida
natural es variable (en función de la esperanza de vida de cada
población). Así que finalmente me he decantado por el término de Vida
plena, que en un contexto de escasez de recursos sanitarios sugiere que
a los 80 años se ha tenido la posibilidad de hacer todo lo que se puede
hacer en la vida, por lo que no parece injusto en este caso limitar el
uso de tecnología médica costosa.
¿Qué limites les pondría a los mayores de 80 años? -Limitaría
los tratamientos más caros, con condiciones muy estrictas para el uso
de alta tecnología. Por ejemplo, les aplicaría cirugía cardíaca sólo si
hubiese garantías de una supervivencia a largo plazo.
¿Lo que usted defiende es coherente con la deontología médica? -No
es incompatible; hay que tener en cuenta la edad de los enfermos porque
no es lo mismo un niño de nueve meses que un anciano de noventa años;
aunque es cierto que hay mucha gente que defiende que son lo mismo.
Cuando defiende esa idea, ¿se basa en criterios economicistas o bioéticos? -Estamos
en un contexto de recursos limitados que van a parar mayoritariamente a
la atención de pacientes ancianos cuando son los jóvenes los que pagan
la asistencia, y eso es una injusticia porque los recursos tendrían que
estar repartidos entre todos.
En la mayoría de países
desarrollados, como es el caso de Estados Unidos y España, los mayores
van en aumento. En mi país se da la paradoja que hoy cada cuatro
jóvenes pagan los cuidados de un solo anciano, y esa proporción en el
2027 será de tres por uno. Se trata de una carga demasiado pesada para
los jóvenes, e injusta.
También se ha ocupado de las implicaciones de la globalización en la sanidad. -En
esa cuestión hay tres aspectos que me preocupan especialmente: la
amenaza de nuevas enfermedades, la desigualdad de los países más pobres
y la contratación de médicos y enfermeras de países pobres por parte
del mundo desarrollado para cubrir sus déficits de profesionales.
¿Cuál es su modelo sanitario ideal? -No hay uno ideal porque todos tienen problemas con los costes.
Los
de España, Gran Bretaña y Canadá me parecen los mejores entre los
basados en impuestos; y de esos tres, el español me parece que es el
que funciona mejor.
¿Y el de su país? -El de
Estados Unidos, en lo que tiene mejor nadie le supera, y en lo que
tiene peor, nadie le iguala. Lo mejor son las instalaciones y la
formación médica y lo peor, que hay mucha gente sin seguro que sólo
tiene derecho a atención urgente.
Uun filósofo pendiente de la sanidad global Daniel Callahan es doctor en Filosofía por la Universidad de Harvard y cofundador del Hastings Centerde
Nueva York, un instituto dedicado a la investigación bioética del que
fue presidente entre 1969 y 1996. En los últimos años ha centrado su
trabajo en la política sanitaria, con especial hincapié en la teoría
económica del libre mercado, la igualdad y los costes sanitarios. Sus
proyectos sobre Medicina y mercados examinan el impacto de la
globalización en la evolución sanitaria de diferentes lugares del mundo.
Callahan
ha visitado Barcelona para inaugurar el ciclo de conferencias Josep
Egozcue de la Fundación Víctor Grífols i Lucas con tres charlas con
estos sugerentes títulos: El progreso de la Medicina: ¿qué buscar y qué
limitar?, ¿Existe un lugar para el mercado en una sanidad igualitaria?
y Descenso de la natalidad y envejecimiento de la población: ¿hay
solución?.
Coincidiendo con su visita, la Fundación Grífols ha
entregado sus premios y becas anuales para promover la investigación en
bioética. El principal premiado este año es Miguel Beriain,
investigador de la Cátedra Interuniversitaria de Derecho y Genoma
Humano de la Universidad del País Vasco-EHU, por su trabajo La
clonación, diez años después, en el que resume la evolución que han
experimentado estas técnicas desde el nacimiento de la oveja Dolly
hasta hoy.
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