A 22 años de que la Organización Mundial de la Salud señalara octubre
como el mes para tomar conciencia de la prevención del cáncer de mama,
en la Argentina hay buenas y malas noticias.
Según el primer estudio sobre la percepción de la enfermedad en las
mujeres mayores de 40 años –edad en la que los controles médicos
preventivos deben ser anuales–, las buenas noticias son que la mayoría
sabe que la mamografía y el examen clínico ayudan a detectar
precozmente cualquier anormalidad mamaria maligna, que el cáncer de
mama se puede curar y que el 75% de las argentinas se autoexamina las
mamas una vez por mes.
¿Las malas noticias? Casi una de cada tres argentinas (32%) de
entre 40 y 70 años nunca se hizo una mamografía, y más de la mitad de
esa franja considera, erróneamente, que el riesgo de sufrir la
enfermedad disminuye después de los 50 años. Además, a una de cada tres
mujeres que van al médico clínico o a algún especialista no le revisan
las mamas.
“Este es un resultado preocupante”, dijo el doctor Aníbal
Núñez De Pierro, presidente de la Sociedad Argentina de Mastología
(Samas), que realizó la investigación. "La revisación de las mamas
exige cierta capacitación, sobre todo cuando se realiza en el
consultorio del médico clínico. Sería muy grave que un médico revisara
a una paciente y que por falta de experiencia le dijera que todo está
bien, cuando no es así", indicó.
En el país, según la Samas, hay sólo 58 especialistas
certificados en mastología, disciplina que se ocupa del estudio de las
enfermedades de las mamas. Pero existen cirujanos y ginecólogos que
también entienden en estas patologías específicas. Quizá por esto el
59% de las mujeres mayores de 40 años consultaría a un ginecólogo y
apenas el 16%, a un mastólogo. En general, las más jóvenes consultan al
ginecólogo y las mayores, al médico clínico.
Pero, sin duda, la cantidad de mujeres en edad de riesgo que
nunca se hicieron una mamografía es uno de los datos más sobresalientes
de este estudio, que se realizó en agosto último sobre 1200 mujeres que
constituyen una muestra representativa del país y de todos los niveles
socioculturales.
"Otro resultado preocupante, aunque menos de lo esperado
-aclaró el doctor Núñez De Pierro- , es que casi una de cada tres
mujeres respondió que nunca se había hecho una mamografía, cuando se
supone que todas las mujeres deben hacerse este estudio una vez por año
después de los 40 o de los 30, si tiene antecedentes familiares de
cáncer de mama."
A partir de la quinta década de vida, la consulta anual debe
incluir la mamografía y el examen médico. La mamografía es una
radiografía de las mamas que detecta tumores mucho antes de que el
médico o la mujer puedan percibirlos, ya sea con el autoexamen (ver
infografía) o el examenque se realiza en la consulta. Es un estudio
rápido en el que la mujer debe pararse frente a un aparato de rayos X
para que el técnico que lo realiza coloque una mama primero y luego la
otra, entre dos placas plásticas, para obtener una mejor imagen.
"El sistema de salud no genera este estudio de manera
automática, sino que su realización depende siempre de la decisión de
la mujer de hacer la consulta -explicó ayer a LA NACION el presidente
de la Samas-. Lo que sí debería existir es una mayor presión de parte
del sistema de salud sobre la población para aumentar la toma de
conciencia de la importancia de la prevención y que las mujeres
demanden el estudio."
Aunque el 80% dijo que la mamografía es fundamental para
detectar el cáncer de mama, enfermedad en la que la detección precoz es
esencial para tratarla, y el 83% aseguró que es una patología que se
puede curar -lo que es correcto-, apenas el 38% se hace una mamografía
de manera regular.
Un 30% restante se la realiza cada dos años, cada tres años,
sin una frecuencia establecida o sólo si tiene algo que le llama la
atención al realizarse el autoexamen.
Del 32% de las mujeres que nunca se realizaron este estudio
diagnóstico, casi dos de cada cuatro (43%) explicaron el motivo con la
siguiente frase: «Porque nadie me dijo», una respuesta ambivalente.
"Si una mujer está segura de que tiene que hacerse una
mamografía, no debería esperar a que alguien se lo diga -agregó Núñez
De Pierro-. Lo que aquí puede influir es el temor al estudio y a los
resultados."
Es que, como otros estudios, la mamografía puede dar falsos
positivos, que serían poco frecuentes, y falsos negativos, que dependen
de la edad y la composición de la mama. "Son más altos [hasta el 15%]
cuanto más joven es la paciente o más densa es la mama, pero existen
otros estudios para confirmar el diagnóstico", precisó el especialista.
Sin miedo
Para el presidente de la Samas, hay que desterrar el miedo
a la mamografía, que es un estudio inocuo, pero que genera una ansiedad
desbordante ante la mínima sospecha.
"Hay que contener a las pacientes y resolver la situación lo
antes posible -explicó-. Y cuando una mujer recibe el estudio, lo ideal
es que se ponga de inmediato en contacto con el médico para evitar
pasar un fin de semana muy angustiada, quizás, sin razón."
Núñez De Pierro destacó que, según el estudio, las tres
cuartas partes (75%) de las mujeres se autoexaminarían las mamas.
"Somos un poco escépticos sobre este resultado... Ojalá así lo hagan
-dijo-. Examinarse una vez por mes, aunque sea con el método que
conozcan y sin información adicional, es muy importante porque genera
consciencia de la importancia del diagnóstico precoz", que asegura el
éxito de un tratamiento.
Y, por último, recomendó: "No hay que tener temor de consultar
de más ni dejar de consultar porque se tiene temor; esto sería nefasto".
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