Los defensores de los derechos de los minusválidos criticaron ayer la petición de una madre británica que ha solicitado la realización de una histerectomía a su hija adolescente, que padece una parálisis cerebral severa.
Alison Thorpe afirma que la operación para extirpar el útero de su hija Katie mejorará la calidad de vida de la chica, al eliminarle las molestias mensuales de la menstruación. Pero su solicitud ha desatado la controversia.
Un caso similar en los Estados Unidos provocó hace unos meses un debate internacional
cuando se retiraron los pechos y se realizó una histerectomía a una
paciente con un retraso mental y físico, conocida como Ashley X.
'El interés de un solo individuo'
Thorpe asegura que su petición es lo mejor que puede hacer por su
hija. "Miro por los intereses de un solo individuo, mi hija. No estoy
sugiriendo que todos los niños minusválidos como una unidad tengan que
someterse a esta operación".
"Por favor, dense cuenta de que no estoy pidiendo esto como política
general para todos los minusválidos. Para mi hija esto es, según creo,
la decisión correcta, una decisión sobre la que hemos reflexionado
durante mucho tiempo", remarcó esta madre en declaraciones a la cadena
Sky News.
Pero Scope, la organización de minusválidos británicos que apoya a
gente con parálisis cerebral, ha expresado su preocupación. La cirugía
podría no responder al mejor interés para el adolescente y podría tener
consecuencias "inquietantes" para otros niños, expresó el director de la asociación, Andy Rickell.
Rickell reconoce que se trata de una situación difícil y está al
tanto de los desafíos a los que se enfrentan familias como la de Katie.
Sin embargo, añade: "Es muy difícil ver cómo esta clase de cirugía invasiva, que no es médicamente necesaria, y que podría ser muy dolorosa y traumática, responde a los intereses de Katie".
"Este caso aumenta temas éticos fundamentales sobre cómo se trata en
nuestra sociedad a las personas minusválidas y sobre el respeto que
tenemos a las personas minusválidas y los derechos reproductivos
humanos. La organización Scope está preocupada por si los doctores
están apoyando a los padres en este caso. Si esta esterilización
forzada se aprueba, habrá implicaciones inquietantes para las jóvenes
niñas minusválidas en Reino Unido".
Rickell quiere "ver una estructura clara que se ponga en marcha para tratar decisiones éticas de esta complejidad, que coloque los derechos y los intereses de los niños minusválidos en el corazón de cualquier decisión".
La controversia
La sociedad debería adaptarse para acoger a los niños minusválidos,
mejor que modificarlos para insertarlos en la sociedad, añade Rickell.
"El Gobierno debería aportar más apoyo financiero y práctico a los padres", remarca. "También debería existir un derecho a un abogado independiente que protegiera a los niños", añade.
Richard Parnell, experto en investigación de Scope, ha solicitado
que Katie Thorpe tuviera una representación legal por separado.
"Tan pronto como este caso se lleve a los tribunales, el procurador
actuará en el interés de la joven". "Pero no [debería] actuar sólo para
defender sus intereses, sino para defender lo que ella quiere. Tiene
que existir un abogado que pueda saber qué es lo que ella quiere. Se
trata de sus derechos humanos, y eso es lo que hace falta", comentó.
"No somos anti-padres. Entendemos que tienen un trabajo muy duro que
hacer. Pero quizás hay casos en los que los derechos de los niños no
coinciden con los intereses de los padres", añadió.
Según dijo, Scope podría realizar una protesta legal sobre el caso.
En el caso estadounidense de Ashley X, sus padres pidieron la
operación porque creían que preservar a su hija como una niña les
permitiría otorgarle una mejor calidad de vida. Aseguraron que la
operación le eliminaría "las molestias menstruales, del peso de unos
pechos desarrollados y le darían un cuerpo más pequeño y ligero que les
permitiría moverla mejor y que la niña se encontrara mejor al tener que
estar siempre tumbada [...]".
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