La clave es si el nivel de antígeno prostático específico está aumentando rápidamente.
Durante varios años, los médicos han estado debatiendo el valor de
la prueba de antígeno prostático específico para determinar el riesgo
de cáncer de próstata de un hombre. Pero ahora, parece estar
emergiendo un consenso, no es el nivel del antígeno en la sangre lo que
ayuda a predecir la probabilidad de una enfermedad agresiva, sino si el
nivel aumenta rápidamente o no. Los hombres que tienen niveles
de antígeno prostático específico (APS) que aumenta rápidamente,
incluso si esos niveles siguen siendo bajos, deberían considerarse a sí
mismos en alto riesgo, según Howard Soules, vicepresidente ejecutivo de
la Prostate Cancer Foundation, la fuente de apoyo filantrópico más
grande del mundo para la investigación del cáncer de próstata. "En
este momento, si su velocidad de APS aumenta a una velocidad extrema,
es necesario algún monitoreo adicional del cáncer de próstata", aseguró
Soules. La glándula prostática, que produce el fluido seminal,
hace parte del sistema reproductor masculino y se encuentra frente al
recto, debajo de la vejiga. Rodea la uretra, el tubo a través del cual
fluye la orina. Si es saludable, es más o menos del tamaño de una nuez. El
cáncer de próstata es el segundo tipo más común de cáncer entre los
hombres de los EE.UU. y es la segunda causa principal de muerte por
cáncer, según la American Cancer Society. Sólo el cáncer de piel es más
común y sólo el cáncer de pulmón mata más hombres. La American
Cancer Society estima que habrá cerca de 218,890 casos nuevos de cáncer
de próstata en los Estados Unidos en 2007 y cerca de 27,050 personas
morirán a causa de la enfermedad. De cada tres hombres a los que se les
diagnostica cáncer cada año, a uno se les diagnóstica en la próstata. A
pesar de su prevalencia, es bastante probable sobrevivir al cáncer de
próstata. En general, el 99 por ciento de los hombres a los que se les
ha diagnosticado cáncer de próstata viven al menos cinco años, según la
asociación de oncología. Además, el 92 por ciento sobrevive al menos
una década y el 61 por ciento al menos 15 años. Uno de cada seis
hombres adquirirá el cáncer de próstata a lo largo de su vida y sólo
uno de cada 34 morirá a causa de la enfermedad. "Estamos viendo
gente vivir entre quince y veinte años con cáncer de próstata, cosa que
no vimos en los ochentas y los noventas", aseguró la Dra. Susan Slovin,
presidenta del comité asesor científico de la National Prostate Cancer
Coalition. Pero la clave es la detección precoz. El
noventa por ciento de todos los cánceres de próstata aún se hallan en
la glándula prostática o sólo en las áreas circundantes, según la
American Cancer Society. Para esos pacientes, el índice de
supervivencia a cinco años es de casi el cien por ciento. Pero para los
hombres cuyo cáncer se ha propagado a lugares distantes del organismo
para el momento del diagnóstico, este índice cae a 34 por ciento. La
asociación de oncología recomienda evaluaciones anuales para el cáncer
de próstata a partir de los cincuenta para la mayoría de los hombres y
a los 45 para los hombres de alto riesgo. Entre los que están en alto
riesgo se encuentran los negros y los que tienen un pariente que ha
sufrido cáncer de próstata antes de los 65. La evaluación
consiste de dos pasos, someterse a un examen digital rectal y a la
determinación de los niveles de APS en la sangre. En el examen
rectal, el médico palpa la próstata para determinar si hay alguna
protuberancia o dureza que puedan señalar el cáncer. Y aunque el
APS no es un indicador de cáncer sino una proteína creada durante la
inflamación de la próstata, los médicos han encontrado que los niveles
muy elevados indican un aumento en el riesgo de cáncer. Ahora,
los estudios han demostrado que las pruebas regulares de los niveles de
APS pueden indicar el riesgo de cáncer al señalar aumentos o
reducciones en los niveles de esta proteína. "Han estado
tratando de determinar si se puede usar el APS como pronosticador al
observar una tendencia", aseguró Soules. "Ha encontrado algo de éxito". Las
tendencias del APS, la llamada velocidad, también puede ayudar a guiar
el tratamiento del cáncer de próstata, aseguró Slovin, miembro
asistente del servicios de oncología genitourinaria del Centro
oncológico conmemorativo Sloan-Kettering y profesora del Colegio médico
Weill y el hospital de Nueva York, ambos en esa ciudad. "Si
vemos un tratamiento que esté reduciendo el APS rápidamente, obviamente
es una respuesta", dijo. "Pero si no cambia o aumenta, deberíamos
considerar cambiar de tratamiento". Si se sospecha el cáncer de próstata, el paciente debe someterse a una biopsia para determinar si está presente. Slovin anotó que hay una alternativa a la biopsia que se está mostrando muy promisoria. Por
medio de evaluación por IRM del paciente, junto con una sonda
endorrectal, es decir, una especie de dedo de goma lleno de gel que
presiona las paredes rectales, los médicos están obteniendo resultados
asombrosos, dijo. "Se puede obtener una imagen casi de libro de
lo que está al otro lado de la pared rectal", aseguró. "Señala si el
cáncer se ha propagado y qué tan invadida está la próstata. También es
mínimamente invasiva en comparación con las biopsias. Más información Para saber más sobre el cáncer de próstata, visite el National Cancer Institute.
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